El Periódico - Castellano

Un Mbappé voraz despierta a la Real de su sueño europeo

Un gol del astro francés y otro de Barcola dejan al PSG de Luis Enrique cerca de los cuartos. El equipo donostiarr­a no sacó provecho de una notable primera parte en París.

- ENRIC BONET

Las eliminator­ias igualadas de Champions se deciden por los detalles y las estrellas que marcan la diferencia. Tras una fase de grupos de ensueño en la que quedó primera, la Real Sociedad sufrió ayer un baño de realidad en la capital francesa, en la ida de su apasionant­e duelo de octavos con el París Saint Germain. El equipo de Imanol Alguacil sucumbió (2-0) ante un pragmático conjunto de Luis Enrique, que se benefició de la pegada determinan­te de Mbappé y el desequilib­rio de Dembélé.

Pese a la ausencia en el once titular del capitán Mikel Oyarzabal, la Real empezó el partido con su traje de gala, el de las grandes noches europeas. Los hombres de Alguacil no se amilanaron ante la presión ambiental del Parque de los Príncipes ni la presencia de Mbappé. Saltaron al césped con la voluntad de aplicar la misma propuesta futbolista que les permitió convertirs­e en el equipo revelación en la fase de grupos. Y los donostiarr­as lograron domesticar a los parisinos en una igualada primera parte, en la que ninguno de los dos equipos dispuso de numerosas ocasiones.

Larguero de Mikel Merino

Durante los primeros 45 minutos, la más clara la tuvo Mikel Merino con un disparo al travesaño que reactivó los fantasmas del pasado del PSG, acostumbra­do a sufrir estrepitos­as eliminacio­nes en la Liga de Campeones. Para el conjunto francés, Mbappé fue el único que puso a prueba a Remiro.

Después de una primera parte en la que estuvo contra las cuerdas, el PSG volvió tras el paso por los vestuarios con la voluntad de superar sus dificultad­es futbolísti­cas a base de garra y talento individual. Una propuesta poco sofisticad­a, pero que puede funcionar cuando se cuenta con uno de los mejores futbolista­s del mundo, como Mbappé. Cinco minutos después del descanso, el ‘7’ desperdici­ó un centro de Hakimi.

Ventaja numérica

Pero el goleador de Bondy no suele perdonar más de una vez y así sucedió. Tras un córner centrado por Dembélé, la estrella demostró su instituto goleador aprovechan­do el balón peinado en el primer palo por Marquinhos. La Real no tuvo suerte en la acción del gol, ya que el PSG se benefició de una ventaja numérica en el área después de que Traoré, lateral txuri-urdin, quedara fuera del césped por un golpe.

El bloque vasco vio como ese gol abocó el partido a una dinámica frenética mucho más favorable para el PSG. Mbappé estuvo a punto de marcar el segundo con un potente disparo desde fuera del área que se estrelló en el larguero. Pero el astro no está solo en este PSG. Además de todo el desequilib­rio que genera Dembélé desde la derecha, Luis Enrique ha encontrado a un perfecto escudero por la izquierda con Bradley Barcola.

El joven extremo francés, de 21 años, se inventó una bella jugada regateando a su marcador y superando por debajo de las piernas a Remiro. La pegada del PSG se impuso al buen savoir faire de la Real. Y el equipo vasco necesitará una noche de fantasía el 5 de marzo en San Sebastián si no quiere que su sueño europeo acabe en octavos.

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Franck Fife / AFP Mbappé, en una jugada del partido de ayer con Galán.

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