«No dar apoyo al presupuesto es renunciar a Barcelona»
El teniente de alcalde Jordi Valls pone la pelota en el terreno de la oposición y renuncia a entrar por ahora en otros escenarios para validar las cuentas.
Un día después de que el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, pidiera a la oposición que le dé una oportunidad a los presupuestos que llevan meses paralizados sin lograr el apoyo necesario para su aprobación, el teniente de alcalde de Economía, Jordi Valls, compareció ayer para explicar los detalles del proyecto. Valls no solo habló de cifras, envió un mensaje preacusatorio a los grupos ante la votación que tendrá lugar en la comisión extraordinaria de Economía convocada para el martes, en la que en función de los votos los presupuestos serán aprobados inicialmente y podrán iniciar su tramitación o serán rechazados.
«Soy optimista. No me parece oportuno dibujar escenarios distintos a la aprobación», afirmó cuando se le preguntó por la posibilidad de que el gobierno recurra a una cuestión de confianza. Y agregó: «No dar apoyo al presupuesto es renunciar a Barcelona. Y vincular al presupuesto a una entrada en el gobierno puede ser comprensible, pero es renunciar a Barcelona». El teniente de alcalde ponía así la pelota en el terreno de la oposición, y parecía dedicar la segunda parte de la frase a Barcelona en Comú y Junts, que el miércoles advirtieron de que, como defienden hace meses, están dispuestos a negociar las cuentas si a la vez pactan un gobierno de coalición.
Valls dio a entender que los números pueden modificarse en algún sentido por hipotéticas negociaciones con la oposición, pero sin giros copernicanos y sin que ese margen de posible cambio sea cuantificable. «Siempre hay margen si hay voluntad de acuerdo, pero lo que el gobierno no hace es renunciar a su proyecto de presupuesto. Queremos defender su bondad», afirmó.
El montante total de las cuentas es de 3.807 millones de euros, un 5,9% más que un año antes. Ha cambiado ligeramente desde que se presentó por primera vez, en octubre, cuando ascendía a 3.735 millones, porque la aportación estatal prevista se ha incrementado de entonces a ahora.
Es el presupuesto de Barcelona más alto de la historia (pasa cada año en los últimos ejercicios), como es también la más alta la partida destinada a inversiones: 777,9 millones. Valls repasó los ejes de la propuesta, destacó que por primera vez la política social es el apartado al que se dedica más gasto corriente, 438,7 millones frente a los 392,4 de 2023, adelantando a la limpieza y el cuidado del espacio público, lo que en el texto presupuestario se define como bienestar comunitario, con 419 millones, por 403 en el presupuesto anterior.
Sin más presión fiscal
Valls destacó que el proyecto de presupuesto no introduce más presión fiscal para los barceloneses, aunque, como admitió, eso es así porque el gobierno no logró el apoyo necesario para implantar los incrementos que postulaba en relación con el turismo en las ordenanzas fiscales. Porque en octubre Valls anunció que el Ejecutivo local quería elevar el recargo turístico, que se suma a la tasa turística y que para el 2024 estaba previsto en 3,25 euros, hasta el máximo posible, 4 euros, en dos casos concretos: los apartamentos turísticos y los cruceros de corta estancia, que no supere las 12 horas.
Al gobierno de Collboni le quedan tres días y medio para buscar apoyos que sumar a sus 11 votos para que el presupuesto logre como mínimo la mayoría simple. Es decir, un voto favorable más que los contrarios, aunque un empate le vale: el gobierno tiene voto de calidad. Por ahora se antoja complicado que logre el respaldo, a la vista de que casi todos los grupos se han mostrado reacios.
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