Ada Colau tuvo más valentía que muchos otros
Si alguien pensaba que la ciudad de Barcelona iba a mejorar algo desde que Ada Colau se marchó, estaba bastante equivocado. Barcelona sigue estando en el mismo nivel en el que estábamos, y eso que ya llevamos desde el pasado mes de junio con un nuevo equipo de gobierno municipal. Colau, por mucho que no quieran reconocerlo, hizo cosas importantes: pacificó unas calles y las convirtió en peatonales, todo el mundo la criticó por ello y hasta hubo quien se atrevió a demandarla, pero es interesante saber que en muchas ciudades europeas este asunto está a la orden del día y que no se inventó nada nuevo. También está el tema del tranvía, y ya era hora de que tras estar discutiendo y perdiendo el tiempo durante ocho años, ella, en cambio, lo llevó al pleno y lo aprobaron.
Hay temas que, evidentemente, están enquistados en el tiempo, como son la limpieza y la delincuencia. Respecto al primero, ya existía antes de la llegada de Colau, que fue cuando se cambió la estructura y la empresa contratada para los servicios de limpieza municipal, y Colau no pudo cambiarla hasta que venció el contrato. La delincuencia es ya un clásico, pero eso hay que atajarlo con rapidez: miles de carteristas en el metro, atracos en plena calle y a la luz del día... Y eso tampoco es necesariamente culpa de Colau.
Finalmente, la vivienda y los pisos turísticos ilegales; ella puso coto a este tema, nadie hasta ese momento se había preocupado de ello. Tuvo más valentía que muchos otros que no dejan de hablar y no aportan nada.
■