Govern y PSC liquidan deudas de 2023 para pactar los presupuestos
▶ El plan urbanístico del Hard Rock es uno de los asuntos pendientes de resolver
Con un ojo puesto en si se desencalla o no la ley de amnistía y se apuntala la continuidad de legislatura de Pedro Sánchez, Govern y PSC van liquidando deudas pendientes de 2023 para acelerar la reedición de la alianza para los presupuestos de 2024. Unos avances en los que se prioriza la necesidad mutua por encima de la rivalidad electoral por muchos aspavientos discursivos que ambas partes hagan ante los focos. Prueba de ello es el pacto de la B-40 sellado ayer, que se suma a la puesta en marcha de la comisión de estudio del aeropuerto de El Prat hace un mes y la reunión entre el ministro de Transportes, Óscar Puente, y la consellera de Territori, Ester Capella, para el desarrollo del traspaso de Rodalies este lunes.
De los tres grandes acuerdos sellados en el pacto presupuestario de 2023, falta resolver qué pasa finalmente con el plan urbanístico del Hard Rock, aunque socialistas y republicanos acumulan semanas de múltiples contactos para hacer balance y preparar el terreno ante sus parroquias. Todo a expensas del efecto dominó que tendrá que se despeje el embrollo del Congreso y el tablero del Ayuntamiento de Barcelona, que justo la semana que viene se dispone a renegociar las cuentas municipales. La fecha del pacto económico está inevitablemente marcada por lo que pase, principalmente, en Madrid.
Sometidos al efecto dominó
El president Pere Aragonès quiere que los nuevos presupuestos sean su carta de presentación en las elecciones que se celebrarán, como muy tarde, en un año; y el PSC no puede precipitar su apoyo sin tener garantías de que Junts no dejará caer a Sánchez o de que ERC no eleve la factura de su apoyo a las cuentas estatales. Aún hay un tercer actor imprescindible en juego: los Comuns. Difícilmente podrán dar su sí a Aragonès si ERC los veta para estar en el gobierno de Jaume Collboni. De momento, los de Jéssica Albiach ya se han reposicionado esta semana para no quedar atrás en la negociación, que dan por inaugurada tras semanas enfriando las expectativas.
Así que con estas interdependencias sobre la mesa pese a que todos repitan como un mantra que no habrá «intercambio de cromos», el president y Salvador Illa aguardan el escenario propicio para la foto. Hace dos semanas que ambos se conjuraron en una llamada telefónica a acelerar la interlocución ante el golpe producido por el veto de Junts a la amnistía y la entrada en emergencia por la sequía, dos cuestiones que la semana que viene volverán a debatirse en la comisión de Justicia del Congreso, por un lado, y en un pleno específico en el Parlament, por el otro. Los Comuns se encargarán de que la defensa del Hard Rock en medio de las restricciones de agua impuestas a agricultores y empresas incomode tanto a socialistas como republicanos. Los socialistas catalanes esgrimen un abanico de motivos para echar el freno. Advierten de que si no hay acuerdo para los presupuestos de 2024 no solo se debe a la no aprobación del plan urbanístico del Hard Rock.
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EL TRAMO INAUGURADO EN LA B-40