Reacción tibia en Ucrania
Rechazo a la postura del político sobre Crimea
La muerte del disidente ruso Alexéi Navalni fue acogida con una mezcla de indiferencia y tibieza por líderes, soldados y ciudadanos en Ucrania. Muchos aprovecharon la noticia para recordarles a los aliados occidentales que Ucrania necesita más sostén en la guerra contra Rusia y que unas negociaciones de paz con el presidente ruso, Vladímir Putin, no son posibles.
«Putin es el mal supremo y teme cualquier competidor. La vida de los rusos no significa nada para él», comentó Andriy Yermak, jefe de gabinete del mandatario ucraniano, Volodímir Zelenski. «Ahora observemos la reacción de la sociedad rusa. Los rusos seguirán soportándolo todo, así como toleran el fraude electoral y las leyes caníbales», argumentó Serhiy Leshchenko, otro asesor del mandatario ucraniano. Navalni no gozaba de una buena fama en Ucrania a causa de algunas de sus declaraciones sobre Crimea, la península anexionada por Rusia en 2014 y aún reclamada por Ucrania. «Crimea, por supuesto, ahora pertenece de facto a Rusia», dijo aquel año el opositor ruso. «No veo ninguna diferencia entre los ucranianos y los rusos», añadió, lo que le valió acusaciones de «imperialista» en Ucrania.
Por ello, algunos también fueron aún menos cálidos al comentar la noticia, especialmente en redes sociales. Incluso el propio Zelenski se centró más en Putin que en Navalni, y declaró: «Putin siempre ha estado matando. Es la personificación de esta guerra». Y añadió: «A Putin no le importa quién va a morir para mantenerse en su posición. Por eso no puede aferrarse a nada. Debe perderlo todo y responder por lo que ha hecho».
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