El fin de la era de los grandes disidentes
La muerte de Navalni cierra un ciclo de grandes opositores rusos que empezó con Nemtsov, asesinado en 2015. Los expertos dudan de que haya alguien dispuesto a recoger el testigo.
¿Qué impacto tendrá la pérdida de una figura tan carismática como Alexéi Navalni a un mes de las elecciones presidenciales en el país? «Su muerte no cambia nada del juego político ruso porque estaba ya apartado de la política real», subraya Juanjo Prego, analista independiente y experto en Rusia. «Desde que lo metieron en la cárcel del Ártico, los tuits y vídeos que publicaba solo interesaban al círculo de navalnistas. La oposición no ha podido coordinarse alrededor de otro candidato», añade.
El único opositor que podía hacer algo de sombra a Vladímir Putin en las elecciones del 15 al 17 de marzo era Boris Nadezhdin. El Tribunal Supremo tumbó definitivamente su candidatura este mismo jueves, tan solo horas antes de que se conociera la muerte
de Navalni. «La clave ahora es si se producen protestas por su muerte y de qué entidad. Putin había logrado con éxito silenciarle», apunta Eleonora Tafuro, investigadora del instituto ISPI de Milán, quien advierte: «Navalni consiguió popularidad con un mensaje de lucha contra la corrupción, no de temas abstractos, y eso resonaba en la población rusa. Pero no creo que la gente esté dispuesta a salir a la calle a protestar por su muerte».
Más bien un movimiento
No era solo un opositor, sino más bien un movimiento, y una de las cuestiones es si alguien cogerá ahora el testigo. Nunca le permitieron presentarse a las elecciones porque Putin había detectado esa fortaleza. Al otro opositor con ca
risma suficiente, Boris Nemtsov, lo asesinaron junto al Kremlin en 2015. La lista de críticos apartados por la fuerza de la política rusa es larga y cruenta.
«No sé si le ha matado el Kremlin, no tiene mucho sentido ahora porque hay elecciones en marzo y eso podría desencadenar protestas. En todo caso, su salud estaba muy deteriorada por los ataques que ha sufrido estos años», explica Tafuro.
¿Asesinato, o asesinato a cámara lenta? «Puede que el Kremlin haya decidido quitárselo de en medio antes de las elecciones, en las que necesitan que no pase nada extraño y que todo esté bajo control», argumenta por el contrario Prego, quien añade: «Aunque fuera desde la cárcel, su figura siempre molestaba».
■