La sequía impacta también en las aulas
Los colegios e institutos catalanes están introduciendo la gestión del agua en sus proyectos pedagógicos. Carteles en todos los lavabos recuerdan la importancia de su ahorro.
En el instituto escuela La Tordera de Santa Maria de Palautordera (Vallès Oriental) la tradición marca que son las familias de segundo de primaria las encargadas de construir con sus manos (e ideas) el Rey Carnestoltes. Este año ha sido Reina y con un tema muy claro: el agua. Crearon una trabajada Reina Carnestoltes convertida en una suerte de diosa pagana de la lluvia llegada desde Pandora, con una enorme gota en la hebilla del cinturón para concienciar a los pequeños sobre la sequía, y cuya invocación funcionó tanto que remojó la jornada de carnaval.
La sequía se ha colado este curso en las escuelas e institutos catalanes de mil maneras (con mayor o menor intensidad), ya que el colegio (por suerte) difícilmente es ajeno a las cuestiones que marcan no solo la agenda, sino el día a día (y el futuro) de los niños. El IE La Tordera no es en absoluto el único cuyo carnaval giró alrededor de la sequía [además de la Reina del Agua, el alumnado de infantil se disfrazó de gotas de lluvia, de nubes, de rayos...]. En la escuela Dovella, en el barrio del Clot, en Barcelona, los niños de cuarto de primaria son los encargados de elaborar al monarca que manda al alumnado acudir al colegio en pijama o con un zapato de cada. Este año lo hicieron también azul y recordaba la importancia de ahorrar agua por el bien común.
En el caso del alumnado de cuarto de primaria de la Dovella, además, el trabajo alrededor del agua está atravesando gran parte de su día a día. Todo empezó porque, de manera casual, los niños observaron los carteles en el metro y en los quioscos, de «emergencia por sequía» y lo comentaron en clase. «Les dije que me enviaran fotos de dónde los habían visto, por qué estaban allí... y surgió una primera pregunta: ¿el agua siempre es buena? A partir de ahí empezamos a pensar en la relación entre los humanos y el agua, las consecuencias y salieron una serie de subtemas: tsunamis, inundaciones, sequía, la contaminación del agua, los seres que viven en el agua y dependen del agua, qué plantas necesitan más agua para vivir, cuáles no», relata Natàlia Gamarra, tutora del grupo, quien, a partir de ahí, les preguntó qué querían saber sobre la relación de los humanos con el agua. De ahí surgió toda otra serie de preguntas que están intentando resolver desde las distintas materias.
Huella hídrica
La sequía, por ejemplo, a partir de noticias en la prensa. Calcularon también su huella hídrica y ahora inician un trabajo interdisciplinario para calcular el agua que gasta el colegio para exponerlo después al resto de grupos junto a posibles medidas a tomar como grupo. El trabajo por proyectos era eso.
Más allá de proyectos, en algunos casos, los currículums competenciales han abierto la puerta a infinidad de experiencias similares, tanto en primaria como en secundaria. En el IES Investigador Blanxart de Terrassa (Vallès Occidental), por ejemplo, los alumnos de primero de ESO hacen un proyecto sobre el cambio climático y qué podemos hacer para evitarlo, donde se habla de las consecuencias de este, como la sequía. Y en el proyecto de tercero, trabajan sobre el efecto del cambio climático en la meteorología y analizan datos relacionados con la sequía.
Basta una rápida encuesta para concluir que el trabajo de concienciación –y de comprensión del mundo– se hace desde infantil y primaria, en clase, en los lavabos y en las fiestas, tanto en los colegios más innovadores como en los más tradicionales. Otro ejemplo: Examen de Medi de tercero de primaria sobre el ciclo del agua en el IE Pallerola de Sant Celoni: «El día que fuimos a ver en qué estado se encontraba la riera de Pertegàs. ¡Nos dimos cuenta de que faltaba agua! Ahora que ya estás hecho un experto en el tema, explica por qué crees que la riera no tiene agua; explica las consecuencias que eso conlleva y propón dos recomendaciones para, entre todos, hacer un buen uso del agua».
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