Récord de cruceristas en 2023
El Port de Barcelona cerró el año con 3,56 millones de movimientos, cifra que supera los datos de 2019 y se nutre tanto de la recuperación pospandemia como del incremento de viajeros en temporada baja.
Con los cruceros en el punto de mira ante el riesgo de morir de éxito, el Port de Barcelona cerró 2023 con un nuevo récord de 3,56 millones de movimientos de cruceristas, que superan los mejores datos de 2019 y se nutren tanto de la recuperación pospandemia del sector como del incremento de viajeros en temporada baja. La previsión de 2024 es estabilizar en torno a 800 las escalas del año, aunque la evolución del pasaje dependerá de lo llenos que vayan los barcos. De momento, el puerto está reforzando su apuesta por las rutas que empiezan y acaban en la ciudad, por los barcos medianos y pequeños de lujo, que aportan más valor añadido a nivel turístico, y por el impulso a las escalas de invierno, donde sí hay margen de crecimiento sin problemas de saturación de barcos ni visitantes.
Según el balance anual presentado ayer, el saldo de 2023 queda un 13% encima de los 3,13 millones de movimientos de cruceristas de 2019. Cabe destacar el matiz movimientos, porque las cifras no equivalen a pasajeros, ya que los viajeros que empiezan y acaban cruceros en la ciudad (y por tanto suelen pernoctar y hacer un turismo menos intensivo) se cuentan dos veces. Las comparaciones con los años intermedios no son válidas porque estuvieron afectadas por la pandemia y la progresiva reactivación en 2022, que aún fue un año con barcos a media ocupación.
El presidente del Port de Barcelona, Lluís Salvadó, subrayó que el volumen de escalas no creció el año pasado, pero la actividad recuperó la normalidad. Con seis terminales operativas tras el cierre de la terminal Nord del muelle del World Trade Center (WTC), el puerto ha apostado para 2024 por mantener esa cuota de 800 escalas anuales, cuyo balance final en movimiento de cruceristas dependerá de la comercialización de plazas que alcance cada naviera. Lo que está claro es que ni en pleno verano podrá haber más de seis naves.
Salvadó insistió en primar las operaciones donde se ejerce de puerto base (con inicio y final de rutas), más lucrativas para la ciudad. El 53% de los movimientos fueron de este tipo en 2023 tras seguir al alza. No obstante, en volumen de pasajeros, aún son más los que hacen escala de un día solo. El puerto mantiene el reto de crecer como base y también de impulsar la llegada de cruceros de menor tamaño, cuya presencia es más fácil de absorber en el centro de la ciudad, y que suelen ser de categorías premium o de lujo, con un mayor gasto en la visita.
El Port de Barcelona se aplica en los últimos años es desestacionalizar la actividad. Aunque la temporada alta despunta de mayo a octubre, destaca el paulatino aumento de cruceristas en los meses fríos. Es entonces cuando, con la ciudad con mucha menos presión turística, son mejor encajados y estratégicamente valorados. Es su aumento en 2023 lo que ha propiciado el récord anual.
Crecimiento de dos dígitos
En noviembre hubo 292.000 movimientos de cruceristas, 40.000 más que ese mismo mes en 2019. En diciembre fueron 135.000, mientras que en enero superaron los 111.000, lo que significa un crecimiento de dos dígitos. Este invierno, los barcos que más están mantenido la actividad en Barcelona son el MSC World Europa, el
MSC Fantasia, el Costa Smeralda de Costa Cruceros, el Costa Fortuna y el Costa Pacífica, con minicruceros desde marzo. En otoño-invierno ha habido también escalas puntuales de barcos de lujo, y la también destaca la presencia hasta noviembre de una oferta regular de la compañía premium Celebrity Cruises, con el Infinity.
Salvadó señaló que la séptima terminal del Adossat se adjudicará en el primer semestre. Cuando esta se inaugure, ya se habrá cerrado la que queda en el WTC (la Sur). Antes se habrá incorporado la que está en construcción a cargo del grupo MSC. Las nueve principales navieras, que suponen el 99% de cruceros en la ciudad, han alcanzado un acuerdo para que no se provean de agua en la capital en la actual situación de emergencia de sequía.