Lo que está en juego en Galicia
Este 18F es prácticamente un plebiscito para Feijóo, mientras que Sánchez se expone al castigo por sus alianzas con los independentistas.
Las alianzas de Pedro Sánchez, la negociación para una ley de amnistía que sigue encallada y la fuerte oposición desplegada por el PP en las calles y las instituciones, han terminado convirtiendo la cita de hoy en una especie de plebiscito sobre los dos grandes líderes y sus hojas de ruta. En el caso de Alberto Núñez Feijóo, prácticamente sobre su liderazgo y su capacidad para seguir al frente del PP. Y el socialista, que ya aspira solo a completar la ecuación con un BNG al alza, se expone al primer revés en las urnas como respuesta a su estrategia.
Lo que ocurra tras el recuento puede abrir una nueva fase en la legislatura. Los resultados determinarán si de forma brusca o no. Feijóo y Sánchez buscan esquivar el golpe del contrario. El PP siempre planteó una nacionalización de la campaña a pesar del ecosistema propio gallego para rentabilizar esa oposición a los pactos del presidente y los independentistas.
El PSOE acabó sumándose a esta estrategia, convencido de que lograría movilizar más a los suyos si se votaba en clave de generales en vez de autonómicas. Después del titubeo con los indultos provocado por Feijóo, profundizó en la nacionalización de la campaña para intentar revertir el desgaste y trasladarlo al PP.
El líder conservador, que siempre llevará consigo el trauma de haber ganado las elecciones generales y no haber podido gobernar, necesita un éxito en las primeras elecciones tras la investidura de Sánchez. Ese era el objetivo cuando Génova animó a Alfonso Rueda a adelantar la cita lo máximo posible. Por eso, el incendio político provocado por el líder nacional, hablando públicamente de indultos condicionados y aceptando que llegó a estudiar la amnistía exigida por Junts durante 24 horas, ha impactado tanto internamente en el partido.
En la dirección nacional siguen pensando que Alfonso Rueda conservará la Xunta, aunque los números serán más justos de lo que nunca llegaron a pensar. Para los socialistas, más allá del debate de fondo de la amnistía, que dudan de su efecto, lo que sí calaría serían las formas. «Cuando se detecta la mentira no se perdona», subrayan fuentes de la dirección tras cambiar el guion de su campaña poniendo el foco en lo que denominan «la gran hipocresía» del líder de los populares.
La posibilidad de que la izquierda arrebatara al PP tras 15 años de gobiernos autonómicos la Xunta abriría un escenario muy incierto para Feijóo y para el partido. Ese golpe sí podría ser definitivo para el líder conservador, por mucho que el PSOE de Galicia coseche el peor resultado que ha tenido nunca. Sánchez podría exhibir un fracaso de los populares aunque fuera gracias a la candidata del Bloque Nacionalista Gallego (BNG), Ana Pontón. La prioridad del PSOE, independientemente de sus resultados, es quebrar la hegemonía del PP y empujar un vuelco electoral.
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