La crisis de Vox Baleares marca el patrón ante el caso Madaula
▶ La incógnita es si la diputada perderá su cargo como secretaria segunda de la Mesa del Parlament si es expulsada de Junts
La expulsión de la diputada Cristina Casol del grupo parlamentario de Junts, tras interponer una denuncia por acoso contra el presidente de su grupo parlamentario que la Oficina de Igualdad de la Cámara no pudo acreditar, no ha acabado con la crisis interna dentro de la formación posconvergente. La parlamentaria de Lleida ya consta como diputada no adscrita, se sienta en el lado opuesto del hemiciclo y ha perdido varios cargos en comisiones; pero ahora el foco está puesto en Aurora Madaula. La también vicepresidenta del partido tiene abierta otra denuncia por acoso contra la dirección del grupo y está pendiente del informe de la oficina de igualdad, cuyas conclusiones se darán a conocer previsiblemente a principios de marzo.
La cúpula de Junts niega las acusaciones y achaca a la diputada un uso fraudulento del feminismo para librar batallas internas. Cuando denunció públicamente «acoso parlamentario» por parte de «compañeros de partido», encontró la oposición frontal de la mayoría de su bancada y se la invitó a dimitir. Por este motivo, a no ser que el informe de Igualdad diera un resultado muy diferente al de su compañera, todo hace prever que acabará expulsada del grupo parlamentario. Sin embargo, su caso tiene un grado más de complejidad, ya que, además de diputada, también es secretaria segunda de la Mesa del Parlament. Se trata de un cargo que se elige por el pleno de la Cámara, por lo que hay dudas sobre qué pasaría en caso de ser expulsada del grupo.
El artículo 27 del reglamento especifica que «los diputados que dejan de pertenecer a su grupo pierden los lugares que ocupaban en los órganos parlamentarios». Sin embargo, hay dudas sobre si este precepto solo aplica a las comisiones, o también a la Mesa de la Cámara. La normativa no lo especifica, pero el proceso de elección de estos cargos es muy diferente –uno depende directamente de los grupos y el otro del pleno–, por lo que previsiblemente la decisión recaerá sobre los letrados.
El caso balear
En la Cámara catalana nunca antes se ha producido una situación parecida que pueda servir de ejemplo, pero la situación vivida en las últimas semanas en el Parlament balear, a raíz de la crisis interna de Vox –ahora ya reconducida–, puede servir como precedente.
El presidente de la Cámara, Gabriel Le Senne, fue expulsado del grupo parlamentario de Vox, pero no perdió el cargo de forma automática. El reglamento es diferente al de la Cámara catalana, pero hay grandes similitudes respecto a esta cuestión. «Los diputados que dejen de pertenecer a su grupo parlamentario perderán el derecho a ocupar el lugar que ocupaban hasta el momento en los distintos órganos del Parlament», recoge el artículo 24.8 del reglamento balear, un redactado muy parecido al del catalán. Sin embargo, la expulsión del grupo no comportó automáticamente una pérdida de la presidencia del Parlament. Le Senne consiguió pausarlo con la petición de dos informes a los letrados de la Cámara, que acabaron dando por inválida su expulsión por un defecto de forma.
Esto hace prever que en caso de que Junts expulse a Madaula, su destitución como secretaria de la Mesa tampoco será automática y dependerá de la interpretación de los letrados.
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