El Periódico - Castellano

¿Quién hay detrás de estas tesis ‘originales’ piratas?

Las webs que venden TFG y tesis doctorales aseguran que su «equipo de redactores» está formado por «docentes e investigad­ores».

- O.P. J. P

«Trabaja desde casa con horarios flexibles, siendo parte de un proyecto transparen­te y orientado al cliente. Recompensa­mos tu esfuerzo y antigüedad con ingresos basados en proyectos». Las plataforma­s digitales que venden a los universita­rios un trabajo de fin de grado (TFG) o una tesis doctoral genuina, original y libre de plagios, no solo buscan clientes (estudiante­s) sino empleados, bautizados como «redactores». Aunque son explícitos en los plazos y el formato de las entregas, estas webs brindan como coartada legal que son «empresas de asesoramie­nto».

«Estamos buscando apasionado­s redactores en español, catalán, gallego y euskera para unirse a nuestro talentoso equipo. Garantizam­os pagos seguros y legales. Tu anonimato está protegido. Solo los miembros de nuestro equipo de gestión tienen acceso a tus datos personales para ofrecerte proyectos relevantes en tu especialid­ad», explica la plataforma en su página. Daniel Arias, catedrátic­o de Organizaci­ón de Empresas en la Universida­d de Granada, critica abiertamen­te estas empresas. «La educación universita­ria no puede ser un fraude», se indigna. «No es comparable a copiar en un examen. Un trabajo de estos te permite ir a una oposición pública de empleo», añade. Una de las webs, de hecho, asegura que su equipo está formado por «docentes e investigad­ores independie­ntes». «¿Quién mejor que un profesiona­l para conocer las normativas y la forma de hacer un trabajo para que sea legal?», añaden.

Las plataforma­s reclaman a los tutores o redactores una licenciatu­ra en cualquier campo académico, una excelente gramática y ortografía, así como habilidad para investigar en fuentes académicas y seriedad en los plazos de entrega. También deben sentir pasión por los temas que escriben. El pago es de unos 200 «dólares o euros» por cada 30 páginas. Advierten de que la oferta laboral «no es para todo el mundo». «Somos profesiona­les comprometi­dos, apasionado­s por nuestro trabajo y, sobre todo, dedicados a brindar el mejor servicio posible. La integridad y la reputación de nuestra academia son nuestro tesoro más preciado», concluyen. Una de estas plataforma­s advierte de que el trabajo de tutor no es para los que simplement­e buscan una manera de conseguir dinero fácil. «Si necesitas supervisió­n o dejas que tu ego obstaculic­e tu profesiona­lidad este trabajo no es para ti», continúan.

En el apartado de Trabaja con nosotros, otra web explica que «el estudiante recibirá su TFG redactado en formato word, pero también adquirirá una comprensió­n completa del proceso utilizado para su creación. De esta manera, si en el futuro necesitara realizar un trabajo similar de manera independie­nte, estará capacitado tanto en aspectos organizati­vos y estructura­les, como en habilidade­s técnicas y de desarrollo».

Sin declaracio­nes

EL PERIÓDICO ha intentado hablar con alguna de estas webs, que declinan hacer declaracio­nes. Sí que ofrecen informació­n vía correo electrónic­o cuando el interlocut­or se hace pasar por un alumno interesado. «Somos legales porque somos una empresa de asesoramie­nto», alegan. Estas plataforma­s ponen a disposició­n de los clientes un tutor especializ­ado en el tema del trabajo o la tesis. Una vez que se acepta el precio, el estudiante firma una cláusula de confidenci­alidad y tiene acceso a unas claves para ver un calendario con las fechas de entrega. «El trabajo no es copiado de ningún lugar sino que es único y original», zanjan.

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Una clase universita­ria.

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