El Periódico - Castellano

El examen de taxista incluirá un test de catalán y castellano

La prueba incorpora un nuevo bloque para certificar que los aspirantes conocen los dos idiomas, además de las tarifas, la normativa y los lugares más conocidos de Barcelona.

- CARLOS MÁRQUEZ DANIEL

La lógica dice que al entrar en un taxi en Barcelona, el conductor debería saber hablar en catalán o en castellano. Incluso en las dos lenguas. Un poco de inglés ya sería un festival. Pero por muy razonable que suene, puede pasar, en casos extremos, que la persona que nos lleva no solo no nos entiende, sino que nos invita a poner la dirección en un GPS. Para tratar de evitarlo, y tras las quejas del propio sector, el próximo examen para obtener el carnet de taxista en Barcelona (no confundir con la licencia) incorporar­á por primera vez una prueba tipo test que evaluará el nivel de catalán y castellano de los aspirantes. Se añadirá a los otros dos bloques sobre tarifas y normativa y conocimien­to de la ciudad y su área metropolit­ana.

La prueba se estrenará en el examen de la semana que viene y se incorporar­á también a las otras cuatro convocator­ias previstas para este año. En el pasado se vivieron situacione­s propias de una película de José Luis Cuerda, con ciudadanos de otros países con dispositiv­os de comunicaci­ón para poder responder a preguntas que ni entendían, o momentos delirantes de copiado masivo, también con candidatos sin un mínimo conocimien­to del idioma. Y el colmo: personas que se hacían pasar por otros porque ellos sí eran capaces de entender las preguntas.

Mejor una entrevista

El tercer bloque añadirá 20 preguntas más, 10 para cada idioma. Para poder aprobar será necesario responder correctame­nte al menos a seis de ellas. Si se saca un 10 en catalán y un cuatro en castellano, suspendido: hay que pasar el corte en los dos ejercicios. Una de las cuestiones será un ejercicio de comprensió­n lectora, con un texto con varias opciones, pero también se preguntará­n sinónimos, antónimos, significad­os...

Tito Álvarez, portavoz de Elite Taxi, celebra que se incorpore el control idiomático escrito, pero lo

Elite Taxi reclama que también se incorpore un ejercicio oral para evitar las trampas

considera «insuficien­te». «Volverán a copiar, volveremos a tener el mismo problema». Por eso esta asociación reclama que se incorpore un ejercicio oral, «una conversaci­ón con los aspirantes en los dos idiomas que permita saber si entienden o no catalán y castellano». «No es tan complicado, con 15 minutos basta», sostiene. Elite Taxi, de hecho, ha reclamado aumentar los requisitos lingüístic­os para poder acceder al examen, es decir, que sea obligatori­o acreditar un nivel B2 de catalán. «La prueba escrita suma, pero hay que evitar al 100% que se cuele más gente».

Luis Berbel, presidente del Sindicato del Taxi de Catalunya (Stac), considera «imprescind­ible» que un taxista pueda expresarse en los dos idiomas. «Que te entienda al subirte a su vehículo es lo mínimo que debemos exigir; somos un servicio público, es impresenta­ble que entres en un taxi y que no puedas comunicart­e con el conductor». A diferencia de Álvarez, sin embargo, considera que la prueba escrita es suficiente. Al menos por ahora. En lo que sí están de acuerdo ambos líderes es en reclamar que también los chóferes de VTC tengan que hacer frente a algún tipo de examen para poder ejercer su profesión, ya que ahora solo se les pide el carnet de conducir y poco más.

Los otros bloques

Según datos del Instituto Metropolit­ano del Taxi (IMET), en 2023 se presentaro­n 3.826 aspirantes a taxista, de los que solo obtuvieron la credencial 1.431, un 37,4%. De los que lograron el carnet, 424 eran españoles (29,6%) y el resto –1.007, el 70,4%–blandían un pasaporte extranjero. La obtención del carnet abre una doble vía: trabajar como asalariado la licencia de otro compañero o de una empresa con varias autorizaci­ones o comprar la credencial de un taxista que esté a punto de jubilarse.

Los otros dos bloques incluyen un total de 60 preguntas. En el primero hay 10 de cada sobre tarifas (se permiten dos fallos), normativa (tres errores como máximo) y la profesión, la atención al cliente y la calidad del servicio (seis bien, como mínimo). En el segundo, otras 30. Las primeras 10 se asocian a un mapa del distrito del Eixample en el que hay que situar lugares de interés del distrito (no más de dos errores). Otras 10 hacen referencia a las vías principale­s de la ciudad (con tres fallos para poder pasar) y la última decena es de conocimien­tos básicos sobre el Área Metropolit­ana de Barcelona (no más de tres errores).

Si se suspende uno de los bloques, incluido el de los dos idiomas, el aspirante deberá volver a subir a examen, presentánd­ose solo a la parte no superada. Si falla dos veces más, tendrá que volver a hacer todo el examen entero otra vez. Conducir es fácil. Ser taxista, no tanto. ■

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Jordi Cotrina Luces de verde en una de las paradas de taxi del centro de Barcelona.

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