«Las federaciones me abandonaron»
El piloto de Moto2 sufrió un accidente el pasado verano en el circuito de Portimao durante el JuniorGP que le causó una lesión medular incompleta por la que lleva siete meses en una silla de ruedas. Tras salir del hospital, inició una batalla legal por los elevados costes de su recuperación.
forma gratuita y a asumir los desorbitados costes de su recuperación. Desde que salió del hospital, sus jornadas son largas e intensas y en su agenda quedan pocos huecos libres. «Por las mañanas hacemos de forma intensiva la rehabilitación desde las 9.00h. Primero dos horas de fisio, luego una hora de cámara hiperbárica para desinflamar la médula, después una hora y media de hidroterapia y piscina para hacer más ejercicios», relata el piloto. «Me ha cambiado la vida completamente, me han tenido que enseñar todo de cero, desde vestirme o bajar de la silla, hasta cómo caerme o el control de esfínteres», añade.
No pierde la esperanza
«Espero que mi caso sirva para los demás, aunque tristemente lo dudo. Yo he tenido la suerte de ser más o menos conocido, y he podido hacer mucha fuerza por redes sociales, pero sin eso no hubiera cambiado absolutamente nada y la rehabilitación que mi caso precisaba era muy específica», explica el joven. «Es muy complicado luchar contra ellos, pero tengo la esperanza de que mi caso ayude a que salgan a la luz otras injusticias y se arreglen algunas ‘cagadas’ más», reflexiona Tatay. En enero, la RFME anunció que había abierto un expediente a la FMCV por negarse a
«El coche me ha devuelto la ilusión y los motivos para seguir luchando», admite
tramitar el parte del grave accidente de Tatay en Portimao.
A pesar de lo complicado de su situación, Tatay ha vivido cada día desde entonces como un reto y un día menos para estar mejor y volver a la pista. «Si todo va bien, este año volveré a competir», afirma orgulloso el piloto. Desde hace unas semanas, entrena con un coche adaptado a sus necesidades con la mirada puesta en lo que siempre ha dado sentido a su vida: la competición. El piloto acaba de fichar por su nuevo patrocinador, Pont Grup, que le acompañará en sus próximos retos. El primero de ellos, el 21 y 22 de julio en Aragón.
Su sueño es ahora alzar trofeos sobre las cuatro ruedas y no se quita de la cabeza correr algún día un Dakar. Pero por el momento, asegura, «son palabras mayores». «El coche me ha devuelto la ilusión y los motivos para seguir luchando», afirma el joven. «Ahora tengo un objetivo entre ceja y ceja y eso me ayuda a desconectar de la rehabilitación y la lesión. Tengo una nueva meta que es lo que necesitaba ahora», explica Tatay.
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