Más energías limpias para las infraestructuras hídricas
La Generalitat espera duplicar mediante placas fotovoltaicas el abastecimiento energético de desalinizadoras y potabilizadoras.
El Gobierno catalán pretende doblar en un año la energía producida con placas fotovoltaicas en infraestructuras hídricas: depuradoras, desalinizadoras y potabilizadoras. A día de hoy, este tipo de plantas, esenciales para garantizar el suministro de agua, están lejos de autoabastecerse con energías renovables, pero más de la mitad de la potencia instalada en edificios públicos de la Generalitat se genera en esas edificaciones.
El camino está marcado. Los siguientes pasos consisten en acelerarlo. «Los tejados donde hay más placas son los de estas infraestructuras, pero todavía hay margen para producir más energía», detalla Daniel Pérez, director de L’Energètica, la empresa eléctrica pública de Catalunya. Las placas fotovoltaicas ya están instaladas en las potabilizadoras del Ter y el Llobregat, en la depuradora de Trinitat, en la desalinizadora de El Prat de Llobregat y en los depósitos municipales de Masquefa, Garraf y Granollers. En total, a través de estos edificios hídricos, se pueden alcanzar los 8 megavatios de pico como máximo.
En los próximos meses se sumarán nuevas placas en las potabilizadoras de Cardedeu y Abrera, en los depósitos municipales de Arenys de Munt, la Roca del Vallès y Rubí, y en la desalinizadora de Blanes. Así, se superarán los 15 MWp y se llegará a cubrir más del 10% de la energía consumida con fuentes renovables.
Estas inversiones se suman al plan de instalaciones en las depuradoras, que prevé invertir 159 millones en 10 años para que en estas plantas se genere energía solar y biogás y se mejore en la eficiencia de las depuradoras.
En los últimos días, se ha planteado si habrá suficiente energía para cubrir la demanda de las infraestructuras antisequía. «Las desalinizadoras, las depuradoras y las potabilizadoras son grandes consumidoras de electricidad, por lo que es importante que dispongan de energía limpia», asegura Pérez. «Estas infraestructuras son capaces de reducir un 30% la factura eléctrica y pueden acabar rebajando también lo que pagamos en casa por el agua», añade.
«Como estas plantas funcionan constantemente, se podría dar la situación de que una desalinizadora aproveche las placas fotovoltaicas de un instituto durante los meses de julio y agosto. Debemos tener en cuenta este tipo de variables», explica Pérez.
Meta aún lejana
El objetivo final de L’ Energètica es lograr cubrir el 100% de la demanda eléctrica pública en Catalunya y conseguir que todos los edificios de la Administración sean autosuficientes. Esta meta todavía está lejos, pero la instalación de placas solares en las infraestructuras centradas en la producción y el tratamiento del agua va en esta dirección.
No toda la energía requerida por las desalinizadoras o depuradoras se podrá extraer de los tejados. Pero hay otras alternativas: «Podemos aprovechar otros tejados públicos próximos o utilizar energía de un parque solar cercano». Hoy por hoy, la energética pública no cuenta aún con ningún parque solar, pero ya ha localizado diferentes terrenos en desuso donde se podrán construir.
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Canis lupus.
La factura de la luz podría reducirse un 30%, así como el precio que se paga por el agua