El fichaje frustrado del Atlético
El punta argentino, rival hoy del Atlético, tuvo firmado a finales de 2017 un acuerdo con el club rojiblanco. El traspaso estaba hecho en un 99% según su agente. Pero el aumento del precio, hasta 25 millones, y la intervención de dos compatriotas y exjugadores del Inter, Diego Milito y Zanetti, lo llevaron a Milán.
Lautaro Martínez (Bahía Blanca, 1997) está viviendo su mejor temporada con la camiseta del Inter. Frente a la Salernitana firmó el gol número 23 en lo que va de año, con el que se convirtió en el octavo goleador histórico de los nerazzurri con 125 dianas. Superó a Mauro Icardi y ya es el argentino más goleador en la historia de un conjunto interista al que liderará hoy (21.00 horas) frente Atlético. Curiosamente, el campeón del mundo pudo jugar los octavos de la Champions en su rival, porque a finales de 2017 tuvo un acuerdo firmado con los rojiblancos.
Por aquel entonces Lautaro era un delantero de 20 años que despuntaba en el Racing de Avellaneda. Había crecido a través de las inferiores de la Academia tras despuntar en su Bahía Blanca natal. Se tomó el reto de ser profesional con una madurez impropia. Hasta le pedía una alimentación específica a su madre para los días de partido cuando no tenía más de 10 años. Aprovechaba todas las oportunidades que se le brindaban, como cuando se convirtió en el máximo goleador del Torneo Internacional de la Alcudia (Valencia).
Aquella exhibición atrajo el interés del Real Madrid, Atlético y Valencia, que se incrementaría con otro gran rendimiento en el Sudamericano sub-20 de 2017. Su vida ha estado detrás de una pelota desde siempre. Su padre, Mario, jugó 21 años y llegó hasta el segundo nivel argentino. Hasta su abuela resultó una de las precursoras del fútbol femenino en Bahía Blanca, tierra de baloncesto. De hecho, el menor de sus hermanos, Jano, es un base prometedor.
Lautaro tuvo que elegir entre los dos deportes. Optó por el fútbol, aunque en televisión prefiere las canchas de baloncesto. Tampoco lo prefirieron a él Boca Juniors y San Lorenzo, con los que hizo sendas pruebas (el club xeneize intentaría su fichaje antes de marcharse a
Europa). Le acusaron de ser lento o de carecer de técnica adecuada, defectos que no vieron en el Racing de Avellaneda. En octubre del 2015, el Toro debutó en Primera del fútbol argentino reemplazando a Diego Milito. Este fue imprescindible, primero como ejemplo, y después en la negociación que le acabó llevando al Inter.
En el ocaso de 2017, Andrea Berta, director deportivo del Atlético se desplazó a Argentina. Lautaro iba a firmar un contrato de seis temporadas. Era del gusto de Simeone. El conjunto rojiblanco pagaría 12 millones y, como sucede en este tipo de operaciones, le dejaría en Racing cedido hasta final de temporada para poder jugar la Libertadores. «En un 99% se hace el pase», reconocía Roly Zárate, el agente de Lautaro, del que hay una fotografía posando con una carpeta del Atlético y un precontrato. Hasta que el Inter puso su maquinaria en acción, tal y como recordó Piero Ausilio, director deportivo del Inter, en una entrevista con Radio TV Serie A.
«Cuatro días locos»
«Fue una historia especial: de hecho, ya era jugador del Atlético. Cogimos un avión para jugarnos nuestro 1% con el riesgo de hacer el ridículo, pero fueron cuatro días locos. Solo faltaba el último acuerdo entre el jugador y el Atlético, pero había una cláusula que Lautaro no quería e hicimos un gran trabajo», explicó el responsable interista.
Aunque la operación no habría sido posible sin la intervención de dos leyendas argentinas del Inter. En primer lugar, el citado Milito, «quien se puso durísimo con el presidente de Racing Club cuando ya estaba todo cerrado». En segundo, Javier Zanetti trabajó con Zárate, el representante. Al cóctel hubo que sumar un gran partido de Lautaro, autor de un hat trick que elevó el fichaje a 25 millones. Hoy Lautaro Martínez forma una dupla mortal con Marcus Thuram. Juntos llevan 35 goles y 16 asistencias.
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