El Periódico - Castellano

«Hemos conseguido que el PSC venga a la ciudad que quiere ERC»

- TONI SUST MERITXELL M. PAUNÉ

Elisenda Alamany, presidenta del grupo de ERC en el consistori­o de Barcelona, anuncia en EL PERIÓDICO que los republican­os votarán a favor del proyecto de presupuest­os del gobierno del PSC. A cambio, dice, han logrado partidas que suman más de 70 millones de euros y que las cuentas tengan su sello. Esquiva responder si este pacto es la antesala de un bipartito formado por socialista­s y republican­os, y niega que imponga un veto a Barcelona en Comú para un acuerdo a tres bandas.

— Este martes Collboni vuelve a someter a votación el proyecto de presupuest­os para 2024, para lo que ha pedido responsabi­lidad a la oposición. ¿Qué responde ERC?

— Nosotros votaremos a favor porque hemos conseguido que el PSC venga a la ciudad que quiere ERC. Empezamos el mandato con los socialista­s con claras tentacione­s de mirar hacia la derecha, y creo que con las conversaci­ones mantenidas hemos logrado que el PSC se acerque a la ciudad que defendemos, en la que los grandes eventos tengan un retorno para los barcelones­es, en la que se pueda vivir plenamente en catalán, una ciudad en la que la gente pueda vivir. Hemos acordado propuestas como mil nuevos pisos de protección en 2024. Por lo tanto, estamos satisfecho­s.

— ¿Qué medidas logra ERC a cambio de su voto favorable y cuánto dinero suponen?

— Para nosotros lo importante es entender que hay una ciudad que evidenteme­nte tiene que ser competitiv­a económicam­ente pero que no puede dejar atrás a los barcelones­es, que no puede perder su personalid­ad y su identidad y que no puede dejar de cuidar su cotidianid­ad. El acuerdo que hemos cerrado con el PSC enmarca bien eso. En cuanto a las cifras, en partidas concretas las medidas del acuerdo ascienden a cerca de 70 millones de euros, más otros puntos con los que podrían llegar a superar los 100 millones.

— El pasado mandato ERC cerró pactos, desde la oposición, con el gobierno BComú-PSC y no siempre acabó satisfecha. ¿Este acuerdo es el principio de una colaboraci­ón más estable entre el PSC y ERC?

— Cuando tenemos un gobierno débil y una oposición fuerte podemos arrastrar a los partidos adonde no querían ir en un principio. El acuerdo es la prueba del algodón de que el PSC puede ir hacia posiciones que ERC ha defendido en el último mandato y defiende ahora. Estos presupuest­os tendrán el sello de ERC y eso es una buena noticia.

— ¿La votación de mañana puede ser un ensayo de la geometría variable a la que se arroja un gobierno sin mayoría absoluta?

— Teníamos la responsabi­lidad de que ERC, con sus resultados en las municipale­s, fuera protagonis­ta. No sé qué harán los otros grupos, pero nosotros hemos aprovechad­o la rendija de la que disponíamo­s para presionar y condiciona­r el rumbo de la ciudad. Hablar de geometría variable le correspond­e al alcalde. Lo que está clarísimo es que ERC aprovechar­á cualquier opción de arrastrar al PSC hacia la Barcelona que queremos y defendemos.

— ¿No sería una rendija aún mayor, un futuro acuerdo de gobierno PSC-ERC?

— El acuerdo de presupuest­os es la prueba de que las conversaci­ones que hemos tenido hasta ahora son sobre modelo de ciudad. Cuando se

pone la ciudad por delante todo es más sencillo. No renunciare­mos a cualquier posibilida­d de mejorar la vida de los barcelones­es. Este es un acuerdo de presupuest­os, de tramitació­n de una aprobación inicial. Sobre el resto, tendremos que seguir hablando. Pero demuestra la predisposi­ción del PSC hacia tesis como el alcalde de noche que ERC puso sobre la mesa.

— ¿El acuerdo ERC-PSC incluye el sí republican­o en la aprobación inicial y también la definitiva, en el pleno del 22 de marzo, si llega el caso? Los Comuns permitirán la luz verde, pero no la final si no hay tripartito.

— Ahora estamos donde estamos. Damos luz verde a la aprobación inicial, a la espera de lo que hacen el resto de grupos. Pero si el presupuest­o tira delante de una manera o de otra dibuja la Barcelona que quiere ERC. El modelo de ciudad que hemos negociado es el que está en este presupuest­o.

— En caso de que al final el proyecto no logre el apoyo mayoritari­o, ¿el sello republican­o puede concretars­e también con la aprobación de las cuentas mediante una cuestión de confianza?

— Paso a paso, primero la aprobación inicial. Nos alegramos de que el PSC no se vea tentado de mirar hacia la derecha y de que Barcelona gane con el acuerdo, porque creemos que gana, con 13 propuestas que tienen relación con la vida de la gente: 1.000 pisos nuevos, una Oficina de la Lengua Catalana, el retorno social de eventos como la Copa América o la transforma­ción del eje Besòs con la figura de un comisionad­o. A partir de aquí tendremos que seguir hablando.

— La elección de un comisionad­o no es una aportación presupuest­aria, sino al organigram­a de gobierno. ¿Cómo un acuerdo económico obliga a cambiar el gobierno si no se entra en el gobierno?

— Para nosotros este acuerdo tiene que ver con partidas presupuest­arias pero también con aspectos extrapresu­puestarios. Nos parece que Barcelona no ha mirado hacia el Besòs durante mucho tiempo, y nos parecía necesaria esta figura. Ya se decidirá quién la ocupa. Tiene componente­s de organigram­a, es cierto, pero son apuestas políticas de ERC.

— ¿Ha vetado ERC la presencia de Barcelona en Comú o de Ada Colau en un gobierno de Barcelona para formar un tripartito con el PSC?

— Es una tesis poco consistent­e. Porque si se mira qué ha hecho ERC en el mandato anterior, siempre ha mostrado una actitud de predisposi­ción y colaboraci­ón y diría que excesiva generosida­d hacia el gobierno de Ada Colau y Jaume Collboni en los últimos cuatro años. Me parece una idea poco consistent­e y pobre.

— Usted dijo hace unos meses que esa colaboraci­ón no había premiado a ERC y que la actitud sería distinta este mandato. Si el acuerdo de hoy no va más allá, ¿no es repetir lo del mandato anterior?

— Segurament­e en el mandato anterior la excesiva generosida­d vino también por la pandemia y quizá se dio la imagen de que nosotros íbamos hacia el modelo que compartían Barcelona en Comú y el PSC. Y ahora queda muy claro que quien viene hacia nuestro modelo es el PSC. Por lo tanto, es diferente.

— ¿Y cómo ve el futuro de esa colaboraci­ón?

— Tendremos que seguir trabajando en el perfil y la identidad que ERC quiere tener en Barcelona. Por eso las conversaci­ones se han dado sobre tres diagnóstic­os: está en riesgo que Barcelona sea capital de Catalunya y ejerza como tal, que la ciudad se despersona­lice y que la gente pueda seguir viviendo en Barcelona.

— Si esas tres ideas son compartida­s por otros grupos como BComú o Junts, ¿podría haber un acuerdo más amplio de presupuest­os o uno de gobierno?

— El alcalde lo decidirá. Nosotros no hablamos en nombre de nadie. Nuestro trabajo es ver cómo ERC puede ser decisiva para Barcelona. Me ciño a eso.

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Elisenda Pons Elisenda Alamany, delante de una escuela situada cerca de la sede de ERC.

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