El Periódico - Castellano

Diez años esperando justicia

- I. S.

Los procesos judiciales abiertos para esclarecer los incidentes durante las protestas del Maidán, en Kiev, en 2014 han dejado un regusto amargo para los familiares de los fallecidos. Aseguran que los máximos responsabl­es de la matanza no han sido condenados y exigen al Gobierno que se repare el daño.

Alrededor de 100 personas murieron –casi todos manifestan­tes, aunque también hubo una decena de policías fallecidos– hace 10 años en tres meses de protestas en la plaza de la Independen­cia (Maidán) de Kiev. Lo que sucedió en aquellos días, mientras la Maidán Nezalézhno­sti ardía, marcaría a toda una generación y fue la mecha que prendió la actual guerra.

Miles de vidas nunca volverían a ser iguales y algunas quedarían rotas para siempre. Como Yurii Aksenyn, huérfano de padre desde esta revuelta que no solo cambió el mundo (con el derrocamie­nto del entonces presidente Víktor Yanukóvich y el inicio del conflicto ruso-ucraniano), sino que también abrió centenares de procedimie­ntos judiciales que han intentando esclarecer qué ocurrió en aquellos días; la mayor acción judicial en tres décadas de independen­cia de Ucrania, hasta ahora con escasos resultados.

«Seguiremos luchando»

Por eso, como líder de la asociación de familiares de víctimas de Maidán, Yurii mantiene un pulso desde 2014 contra todos los gobiernos que se han sucedido para que los culpables de aquellas muertes sean llevados ante la justicia y encarcelad­os. «Nuestro presidente y el Gobierno tienen que entender que necesitamo­s justicia y no pararemos, seguiremos luchando», advierte, al denunciar que nadie con una sentencia de condena está hoy en la cárcel. «Mi padre sabía que iba a morir en Maidán de Kiev. Me

«Mi padre sabía que iba a morir. Me dijo que no fuese y yo me siento responsabl­e», explica el joven Yurii

dijo que no fuese y ahora yo me siento responsabl­e», explica este joven de 33 años, cuyo padre, Vasyl, falleció el 20 de febrero de 2014, uno de los días más sangriento­s de ese febrero.

Igor Burdyga es uno de los cronistas que han pasado años siguiendo el periplo judicial de los procedimie­ntos abiertos. Uno de los últimos juicios que ha cubierto se cerró en octubre y empezó hace ocho años. En este proceso, como víctima, también estaba el padre de Yurii. Acabó con condenas de cárcel por asesinato masivo contra tres oficiales de las unidades Berkut, unas tropas de reacción rápida creadas en 1992 (tras la independen­cia), disueltas después de Maidán y que, desde el primer momento, fueron señaladas públicamen­te en Ucrania como las principale­s responsabl­es de las matanzas.

«No obstante, ninguno de los tres está hoy en prisión, ya que no se encuentran en Ucrania», constata Burdyga. «Ni tampoco lo están los otros dos acusados, que en la época eran francotira­dores y que sí se presentaro­n físicament­e en el juicio», añade. La razón es que uno fue absuelto, mientras que el juez condenó al otro pero sólo por exceso de autoridad y además consideró que ya había cumplido la pena.

 ?? Genya Savilov / AFP ?? El expresiden­te ucraniano Petró Poroshenko, ante el monumento a las víctimas del Maidán.
Genya Savilov / AFP El expresiden­te ucraniano Petró Poroshenko, ante el monumento a las víctimas del Maidán.

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