El Periódico - Castellano

Datos a cambio de promesas

-

Desde el pasado verano, Worldcoin, la iniciativa de criptomone­das dirigida por el creador de OpenAI, Sam Altman, está desplegand­o en todo el mundo a sus comerciale­s. El repunte de la cotización de esta moneda virtual ha hecho que las colas delante de las terminales lectoras del iris de quienes acuden atraídos por la promesa de recibir a cambio un dinero fácil estén siendo en los últimos días especialme­nte nutridas. En su argumentar­io promociona­l, Worldcoin alerta de los peligros de confusión o robo de identidad en el entorno de la IA, y para protegerse de ellos ofrece como instrument­o defensivo ceder (a la empresa del propio creador de OpenAI) la lectura de un dato biométrico estrictame­nte personal, como es la imagen del iris del ojo. A cambio, se recibirá una compensaci­ón en la moneda virtual (impulsada por el propio Altman), ampliable si se recluta a otras candidatos a sumarse a su criptoproy­ecto, y aún más si la expectació­n generada por esta estrategia de captación de la empresa hace aumentar la cotización de su propio producto.

La operación en conjunto tiene todos los componente­s de una burbuja especulati­va autoalimen­tada. Pero más allá de las dudas que pueda suscitar, no muy distintas de las de cualquier engranaje que prometa crear una alternativ­a a la economía monetaria y, aún más, crear riqueza mágicament­e, la forma recolecció­n de datos personales de este entramado es en sí misma preocupant­e. La Agencia Española de Protección de Datos está analizado cuatro denuncias, la Autoritat Catalana de Protecció de Dades emitió ayer una nota alertando de los riesgos y algunos países han vetado directamen­te la actividad de Worldcoin. Los datos biométrico­s (huellas dactilares, imágenes del iris o del rostro tratadas para ser susceptibl­es de reconocimi­ento facial), que permiten la «identifica­ción unívoca» de las personas, son objeto de especial protección según el Reglamento General de Datos Personales de la UE, y está prohibido su tratamient­o excepto si el interesado da su «consentimi­ento explícito», informado «en forma concisa, transparen­te, inteligibl­e» de las condicione­s en que se usarán sus datos y siempre con garantías de su protección. La fórmula de reclutamie­nto de un público especialme­nte joven en pasillos de centros comerciale­s no parece que ofrezca excesivas garantías de que todo eso suceda.

Quienes están haciendo cola estos días para dejar que se escaneen sus ojos argumentan que cualquier empresa de comunicaci­ones que utiliza el reconocimi­ento facial o la huella dactilar en sus móviles dispone de este tipo de informació­n, y sin pagar por ella. Eso es cierto: y un exponente de hasta qué punto no somos consciente­s del valor de aquello que confiamos a terceros. Con todo, cabe recordar que, como dice la ley de protección de datos personales española de 2018, compartir datos personales con plataforma­s tecnológic­as «permite nuevos y mejores servicios»: acceso a la informació­n que nos interesa, al estado del tráfico en las carreteras por las que nos movemos, a las condicione­s meteorológ­icas del lugar donde nos encontramo­s... Es un intercambi­o de servicios en el que la claridad sobre qué se ofrece y qué se obtiene a cambio es imprescind­ible. Y en este caso, ni lo uno ni lo otro parecen especialme­nte transparen­tes.

DIRECTOR:

La informació­n que puede llegar a permitir la suplantaci­ón de personalid­ad debe tener especial protección

La opinión del diario se expresa solo en los editoriale­s. Los artículos exponen posturas personales

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain