La justicia paraliza el retorno de dos menores a Ucrania
Dos juzgados de Barcelona ordenan detener el regreso de Diana y Oleg a su hogar en Nikopol, donde supuestamente recibían maltrato.
Dos juzgados de Barcelona han paralizado el retorno de una chica y un chico ucranianos, menores de edad, huérfanos y refugiados en Catalunya a su país, en guerra desde que el Ejército ruso lo invadió hace casi dos años. La Direcció General d’Atenció a la Infància i l’Adolescència (DGAIA) trasladó días atrás a los jóvenes de sendas viviendas en Terrassa y Palau-solità i Plegamans a un centro de menores de la Generalitat, después de que la familia que los cobijaba en la ciudad ucraniana de Nikopol pidiera recuperar la tutela de ambos. Las familias catalanas que los albergan reaccionaron acudiendo a la Justicia, que ha suspendido por ahora el retorno de Diana, de 16 años, y Oleg, de 14, a su hogar en Ucrania, donde supuestamente recibían maltrato, según afirman los menores y sus respectivos padres de acogida.
La DGAIA confirma que los jueces han dictado como medida cautelar que «los menores no pueden volver a Ucrania mientras no se celebra el juicio», pendiente tras el recurso de las familias que alojan a los jóvenes desde que huyeron al comenzar la ofensiva rusa, en febrero de 2022. Los magistrados también obligan a que ambos adolescentes vuelvan con las familias que los hospedan en Catalunya hasta que la vista se celebre. «Lo facilitaremos», responde la DGAIA.
Las familias de acogida del Vallès Occidental celebran la «buena noticia». Este lunes se reencontraron con los jóvenes, tras pasar una semana en el centro de menores. «Lo estamos pasando muy mal, tanto los niños como las familias. Es todo un calvario, ya no podemos más», admite Yolanda Saldaña, madre de acogida de Diana. Habla de «la desesperación y la impotencia» que le ha generado la situación. Explica que no se debe solo por haber sido separada de repente de Diana, sino porque los dos adolescentes alegan que los tutores legales que han reclamado su custodia los maltrataban presuntamente. Diana lo contó a través de un vídeo en las redes sociales. «No quiero volver. La familia me maltrataba, no me quería. Aquí tengo una familia a la que quiero mucho y ellos a mí», dijo en la grabación.
A las familias les avisaron en diciembre que los menores iban a volver a Ucrania. «Somos conscientes de que es algo temporal, aunque ha sido un procedimiento duro, ya que Diana ha estado con ataques de ansiedad desde que ha empezado esta cuenta atrás», confiesa la madre de acogida. Asegura que les dijeron que los menores serían albergados en la frontera entre Polonia y Ucrania. «La sorpresa apareció el 15 de febrero, cuando nos dijeron que volverían a Nikopol, uno de los puntos clave de la guerra, y que el siguiente lunes nos retirarían a los niños», relata.
La familia de acogida de Diana conoció un informe que los servicios sociales de Ucrania emitieron para la DGAIA, en el que definían a la adolescente como una persona con rasgos «conflictivos y con un mal comportamiento». «Parecía la descripción de una persona que no había conocido nunca», sostiene Yolanda. Para ella, Diana es todo lo contrario. «Ayuda en casa, se muestra activa, se preocupa... Ha hecho un cambio de vida», subraya. En la misma línea se expresa Mia Busquets, la directora del Instituto Egara, donde Diana cursa Secundaria: «Es una niña encantadora, empatiza con todo el mundo, se preocupa por cualquier detalle... Es ejemplar».
Medidas extraordinarias
Fuentes judiciales confirman que las familias solicitaron unas medidas cautelarísimas para frenar la vuelta a Ucrania. Se trata de unas medidas extraordinarias por circunstancias de especial urgencia. Los juzgados de primera instancia 14 y 16 de Barcelona estimaron que los adolescentes permanezcan de momento con las familias de acogida catalanas y prohiben que salgan de España sin autorización judicial.
Tras adoptarse las medidas, ambas familias prometen persistir y «no defraudar» a los menores que se hallan en situaciones similares a las de Oleg y Diana. «Haremos lo que haga falta para se revisen los actuales protocolos catalanes de acogida de menores», reivindica Castañé.
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Las familias de acogida prometen ayudar a otros jóvenes en la misma situación