Los presupuestos de Barcelona superan el primer trámite
Las cuentas para 2024 pasaron ayer el examen de la Comisión de Economía con los votos del PSC, ERC y Comuns. El próximo 22 de marzo irán al pleno.
Los presupuestos de Barcelona para 2024 superaron ayer su primer trámite al ser aprobados inicialmente en la Comisión de Economía. La frase suena sencilla, pero para llegar a ella han sido necesarios más de cuatro meses y conversaciones –porque todos han negado negociaciones– entre los grupos. Por ahora solo han dado resultado con un interlocutor: el pacto ERC-PSC ha proporcionado al gobierno de Jaume Collboni el sí republicano a esta aprobación inicial, que por sí solo no la garantizaba que prosperase.
Las cuentas saltan su primera barrera gracias al voto favorable de los 10 concejales del PSC, los cinco de ERC y los nueve de Barcelona en Comú, es decir, con el apoyo de los 24 concejales que forman el hipotético tripartito de izquierdas, que constituye una de las posibles fórmulas de gobierno. Pero el voto de los Comuns es prestado, temporal, «la última oportunidad», según recalcó la portavoz del grupo y exteniente de alcalde Janet Sanz. Junts, el PP y Vox votaron en contra.
Ahora los presupuestos entran en un periodo de 15 días de exposición pública e irán al pleno del 22 de marzo, y allí tomarán uno de estos dos caminos: o la aprobación definitiva o la vía de una cuestión de confianza. La primera es posible si hay acuerdo tripartito, la segunda si, como parece, socialistas y Comuns no cierran ese pacto.
«Volvemos a.... Presentamos el presupuesto para 2024», se corrigió el teniente de alcalde de Economía, Jordi Valls, que expuso de nuevo, los detalles del proyecto al iniciarse el debate. Son las cuentas más elevadas de la historia, con 3.800 millones de euros. El concejal de ERC Jordi Castellana defendió la alianza con el PSC como una muestra de apuesta por «el qué» a favor de la ciudadanía: «Hemos salido de nuestra zona de confort».
Por Junts, Ramon Tremosa afirmó que el proyecto no ha cambiado, por lo que tampoco lo han hecho las diferencias de su grupo con la iniciativa, y acusó al gobierno de Collboni de fingir una voluntad de acuerdo que no es real: «Se descubre ahora que el PSC no ha querido pactar nunca con Junts». Valls le advirtió después de que el gobierno sigue contando con Junts para discutir el proyecto presupuestario.
Tremosa lanzó una ristra de dar
El voto de los de Colau no está asegurado para la aprobación definitiva
dos a sus rivales: «Collboni ha sido tres veces candidato, no ha ganado nunca las elecciones, corre el riesgo de ser una Colau bis. Al PP, decirle: ‘Disfruten lo votado’, con su ‘antes roja que rota 2.0’. Y a ERC, recordarle que ha pasado de 10 a cinco concejales haciendo de monaguillo del PSC. Ojalá no sigan en esta línea». Sanz insistió en que esta es «la última oportunidad» que Barcelona en Comú da al PSC de pactar un gobierno de izquierdas, y advirtió de que su grupo votará no el 22 de marzo si ese acuerdo no se da. «No queremos ser el socio pequeño», dijo, ni «cerrar miniacuerdos» ni «hacer de comparsas», proclamó Sanz en alusión al papel de ERC por su pacto con el PSC.
Última oportunidad.
El intercambio entre la portavoz de los Comuns y Valls estuvo marcado por la distancia entre las partes. En el tono de Sanz parecía adivinarse el malestar del que se sabe rechazado. En el del teniente de alcalde, el de quien cree tener motivos para ese rechazo. Sanz insistió en que para los Comuns el pleno del 22 de marzo es una fecha límite: «Llevamos ocho meses sin presupuesto ni mayoría. 248 días sin rumbo y sin saber cuál es el modelo de ciudad que defiende Collboni. Es una grave irresponsabilidad. Barcelona no se merece esta pérdida de tiempo. Les daremos la última oportunidad. Sé que para usted es una sorpresa, porque no es fruto de su trabajo».
Valls le precisó que él está por la labor de la negociación presupuestaria y señaló la distancia con Barcelona en Comú: «Un pacto no es tan solo las políticas públicas en las que podamos estar de acuerdo, también hay intangibles, que son el compromiso y la confianza. Probablemente, la confianza no la tenemos. Ángeles Esteller, del PP, aseguró que en los presupuestos de Collboni «se ve la cara de Ada Colau», porque no suponen un cambio de etapa, y Vox los descalificó por continuistas, y culpó a los populares de haber propiciado esta situación al facilitar la investidura.
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