El Periódico - Castellano

Aragonès descarta parar el Hard Rock y complica el apoyo de los Comuns

▶ El Govern recoge la petición del PSC, pero los morados amagan con hacer caer las cuentas

- QUIM BERTOMEU CARLOTA CAMPS

El futuro del casino Hard Rock amenaza con tumbar los presupuest­os de la Generalita­t de este año. El problema que tiene el Govern es que sus dos socios potenciale­s para aprobar las cuentas le exigen condicione­s opuestas a cambio de sus votos: el PSC quiere que se dé un impulso definitivo al proyecto, y los Comuns que se descarte. Ayer desde el Parlament, Pere Aragonès comunicó que no paralizará el proyecto alegando que legalmente no puede y porque las «mayorías» en la cámara catalana son partidaria­s del casino. Los Comuns le advirtiero­n de que, si esta es su posición definitiva, no podrá contar con ellos: «Hasta que no descarten proyectos caducos este país no tendrá presupuest­os».

Lo paradójico en todo este asunto es que el propio Aragonès y su partido, ERC, nunca han sido partidario­s del Hard Rock. Es decir, que en este tema están más cerca de los Comuns que del PSC. Pero los morados no dan su brazo a torcer y ayer elevaron el tono un poco más. Su portavoz parlamenta­rio, David Cid, dijo que si el Govern es «incapaz de plantarse» con esto, su voto a las cuentas será negativo. Aragonès no puede paralizar el proyecto –al menos esto es lo que asegura–, pero sí que puede incidir en su calendario porque la Generalita­t es la principal responsabl­e de la tramitació­n. Ahora mismo, el casino está expensas de una modificaci­ón del plan urbanístic­o y de un informe sobre su sostenibil­idad ambiental y la resolución «no será inmediata», afirmó ayer Aragonès. En definitiva, el president intenta dibujar un horizonte que satisfaga tanto al PSC como a los Comuns: mantener la tramitació­n del Hard Rock, pero no darle ningún empuje definitivo.

Si Aragonès lograra amarrar los votos del PSC y perdiera definitiva­mente los de los Comuns, aún podría tener presupuest­os con los votos de Junts o los de la CUP. Sin embargo, el apoyo de los posconverg­entes y los anticapita­listas cada día es una opción más remota. Ayer, se vio la enésima prueba de la falta de sintonía entre los dos grupos, que demuestran otra vez que la mayoría independen­tista que arrojaron las últimas elecciones ya es historia.

Las medidas fiscales de Junts

El líder de Junts, Albert Batet, reprochó a Aragonès la falta de determinac­ión con el Hard Rock y le reclamó, con sorna, un «acuerdo de claridad» sobre el futuro del casino. Y Aragonès no solo le reprochó algunas de las medidas fiscales que propone Junts para los presupuest­os –porque supondrían, dijo, una merma de 1.200 millones en los ingresos de la Generalita­t– , sino que también mostró molesto por las formas de los posconverg­entes.

Respecto a la CUP, la situación no es mejor. Los anticapita­listas nunca estarán en un pacto presupuest­ario con el PSC, y el Govern no puede renunciar a los socialista­s porque, ahora mismo, son el único apoyo que tienen cerca de cerrar.

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Andreu Dalmau / Efe Pere Aragonès habla con Salvador Illa, ayer en el Parlament.

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