Aragonès descarta parar el Hard Rock y complica el apoyo de los Comuns
▶ El Govern recoge la petición del PSC, pero los morados amagan con hacer caer las cuentas
El futuro del casino Hard Rock amenaza con tumbar los presupuestos de la Generalitat de este año. El problema que tiene el Govern es que sus dos socios potenciales para aprobar las cuentas le exigen condiciones opuestas a cambio de sus votos: el PSC quiere que se dé un impulso definitivo al proyecto, y los Comuns que se descarte. Ayer desde el Parlament, Pere Aragonès comunicó que no paralizará el proyecto alegando que legalmente no puede y porque las «mayorías» en la cámara catalana son partidarias del casino. Los Comuns le advirtieron de que, si esta es su posición definitiva, no podrá contar con ellos: «Hasta que no descarten proyectos caducos este país no tendrá presupuestos».
Lo paradójico en todo este asunto es que el propio Aragonès y su partido, ERC, nunca han sido partidarios del Hard Rock. Es decir, que en este tema están más cerca de los Comuns que del PSC. Pero los morados no dan su brazo a torcer y ayer elevaron el tono un poco más. Su portavoz parlamentario, David Cid, dijo que si el Govern es «incapaz de plantarse» con esto, su voto a las cuentas será negativo. Aragonès no puede paralizar el proyecto –al menos esto es lo que asegura–, pero sí que puede incidir en su calendario porque la Generalitat es la principal responsable de la tramitación. Ahora mismo, el casino está expensas de una modificación del plan urbanístico y de un informe sobre su sostenibilidad ambiental y la resolución «no será inmediata», afirmó ayer Aragonès. En definitiva, el president intenta dibujar un horizonte que satisfaga tanto al PSC como a los Comuns: mantener la tramitación del Hard Rock, pero no darle ningún empuje definitivo.
Si Aragonès lograra amarrar los votos del PSC y perdiera definitivamente los de los Comuns, aún podría tener presupuestos con los votos de Junts o los de la CUP. Sin embargo, el apoyo de los posconvergentes y los anticapitalistas cada día es una opción más remota. Ayer, se vio la enésima prueba de la falta de sintonía entre los dos grupos, que demuestran otra vez que la mayoría independentista que arrojaron las últimas elecciones ya es historia.
Las medidas fiscales de Junts
El líder de Junts, Albert Batet, reprochó a Aragonès la falta de determinación con el Hard Rock y le reclamó, con sorna, un «acuerdo de claridad» sobre el futuro del casino. Y Aragonès no solo le reprochó algunas de las medidas fiscales que propone Junts para los presupuestos –porque supondrían, dijo, una merma de 1.200 millones en los ingresos de la Generalitat– , sino que también mostró molesto por las formas de los posconvergentes.
Respecto a la CUP, la situación no es mejor. Los anticapitalistas nunca estarán en un pacto presupuestario con el PSC, y el Govern no puede renunciar a los socialistas porque, ahora mismo, son el único apoyo que tienen cerca de cerrar.
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