Payeses catalanes «donde se cuece el ajo»
Centenares de agricultores del sindicato Unió de Pagesos, mayoritario en Catalunya, viajaron hasta Madrid para formar parte de la manifestación del sector. Las autonomías tienen un margen de acción pequeño, afirman. En la capital es donde se toman las dec
Tarragona, Barcelona, Girona, Zaragoza... y ayer Madrid. Centenares de agricultores catalanes del sindicato Unió de Pagesos (UP), mayoritario en Catalunya, viajaron hasta la capital para formar parte de la manifestación que anoche paraliza una parte de la céntrica calle Alcalá con el objetivo de llegar a las puertas del Ministerio de Agricultura. «Aquí es donde se toman las decisiones, donde se cuece el ajo. Las comunidades tienen un margen de actuación pequeño», reconocen los manifestantes.
Venidos en coche y tren en pequeños grupos, se han dejado los tractores en Catalunya. No como el año pasado cuando tardaron tres días a bordo de los vehículos agrarios para llegar. Pero entonces la protesta era unitaria, mientras que esta vez los catalanes son una parte más del sindicato convocante, Unión de Uniones, en la que también están otras centrales como Unió de Llauradors i Ramaders de la Comunidad Valenciana, Unión de Campesinos de Castilla y León o La Unión de Extremadura.
«Hemos venido a manifestarnos como llevamos haciéndolo desde hace un mes para tener justicia para los agricultores», explicaba Marc, de 22 años, que es una suerte de excepción que confirma la regla de la falta de jóvenes en el campo. «Me viene de familia y he tenido vocación desde pequeño. Desde los 16 años quería ser agricultor, pero me enviaron a estudiar. Tengo más compañeros jóvenes, pero no muchos porque es difícil tomar la decisión de invertir en el campo y no saber si llegarás a cobrar lo suficiente», explica, mientras alguien grita: «No queremos ayudas, queremos precios justos». El precio de los productos por debajo del coste es la principal queja de los agricultores y ganaderos, junto a la enorme burocracia. «Cada semana perdemos dos días con los trámites administrativos y el papeleo. De hecho, como la edad media del sector es alta, muchos tienen que subcontratarlo. Pero no es fácil ni siquiera para mí, no es nada intuitivo», cuenta Marc.
Medidas que no convencen
El objetivo de la jornada es hacer ruido para que el Gobierno les «escuche», aunque no creen que el ministro de Agricultura, Luis Planas, les atienda. Unión de Uniones es una organización agraria sin interlocución con el Gobierno que solo se reúne con las que considera como organizaciones oficiales (COAG, Asaja y UPA). La última vez que Planas se reunió con estas tres organizaciones fue el 15 de febrero, cuando anunció medidas que siguen sin convencer al campo.
«Nos valen, pero poco. Si se cumpliera todo lo que dice aún, pero no será así. Nos ha dado un trocito de lo que pedimos. El cuaderno de explotación es voluntario –a partir de septiembre empezaba a ser obligatorio– en Europa, no nos ha dado nada más que lo que dice la ley», decía Josep, agricultor y ganadero de Vilalba dels Arcs (Tarragona).
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