Diálogo entre Joan Fontcuberta y Schubert en el Liceu
El coliseo lírico de la Rambla estrena mañana su ciclo de ‘lieder’ con un ‘Winterreise’ salpicado con imágenes del prestigioso fotógrafo catalán.
La fotografía es el resultado de toda una evolución en la conciencia social. En palabras de Joan Fontcuberta, «transmite su subjetividad a partir de un elemento mecánico». Las fotografías tienen ese efecto mágico, nos acompañan en un simple trozo de papel que llevamos guardado en la cartera. Ellas mismas son capaces de reemplazar a una persona que ya no está, pero que permanece dentro de esos químicos que componen la imagen.
El Liceu de Barcelona estrena mañana Winterreise ( El viaje de invierno), un ciclo de lieder (obras líricas breves) compuesto por Franz Schubert sobre poemas de Wilhelm Müller. Este viaje de invierno transcurre a partir de un personaje que solo podrá encontrar su descanso final a través de la muerte y su agonía personal. En esta ocasión, el fotógrafo catalán Joan Fontcuberta contribuye con su narrativa fotográfica a mostrar, sin intención de opacar los demás elementos, la desaparición de la realidad interior del protagonista. El artista muestra breves pistas sobre las ideas del mélangisme, la oscuridad y la tristeza para conducir al espectador a través de los recuerdos que se van diluyendo.
Para ello cuenta con imágenes degradadas: fotos antiguas que han perdido su composición orgánica por el paso del tiempo. Ese elemento, el tiempo, conforma el eje central de la obra. El personaje sufre un deterioro de la memoria y no sabe con certeza si aquello que ha visto es real o, por ende, culpa de su memoria degradada.
La parte más humana
Fontcuberta ha afrontado el proyecto desde su parte más humana. Experiencias cercanas con el alzheimer le han impulsado a transmitir su dolor en la obra. Con una pantalla en el fondo del escenario, el espectador ve esas imágenes que ha buscado y fotografiado partiendo del respeto absoluto a la obra original. Para el espectador es necesario establecer una serie de códigos para descifrar qué explican esas imágenes, pistas que se encuentran en el programa del concierto.
La proyección está compuesta por dos tipos de producciones fotográficas, unas más naturales y otras que califica como vaporosas,
y que conforman «una caligrafía del olvido», explica Fontcuberta. Winterreise cuenta con más elementos. Por un lado, Susanna Rafart ha compuesto una serie de poemas que van apareciendo durante el acto, y que en sí mismos representan parte del proceso que está haciendo la persona durante ese viaje. Ese alzheimer que muestra una relación fragmentada con la realidad, que se explica desde la música, la fotografía, los poemas...
■