El Periódico - Castellano

¿Es inevitable Trump?

Es muy discutible que Biden sea el candidato adecuado para vencer al magnate una segunda vez en las elecciones en EEUU

- Joan Cañete Bayle P Joan Cañete Bayle es subdirecto­r de EL PERIÓDICO

«Soy inevitable», afirma con media sonrisa Thanos, el inolvidabl­e villano de Infinity Wars y Endgame de Marvel, dispuesto a eliminar la mitad de la vida en el universo con el chasquido de sus dedos. De la misma forma, gran parte del mundo, sobre todo Europa, se prepara para el que parece como inevitable regreso a la Casa Blanca de Donald Trump, el gran villano de la política internacio­nal en esa división simplona de las realidades complejas entre buenos y malos. Los planes de contingenc­ia ante su victoria en las elecciones presidenci­ales de noviembre ya circulan. Europa, Ucrania, Oriente Próximo, Irán... todo el mundo parece prepararse para lo peor, ante un regreso que parece inevitable. Y con él, la caída definitiva de EEUU en el autoritari­smo y el triunfo de la ofensiva iliberal en Occidente. Se anuncian tiempos oscuros.

Tanto fatalismo no es infundado. ¿Puede ganar Trump las elecciones? Sin duda. Cuatro años después de su derrota parece invencible. Es inmune a una larga lista de contencios­os legales que a cualquier otro lo hubiera hundido pero que a él lo refuerza, hasta el punto de que quiere retransmit­ir en directo sus juicios. Es inmune (o impune) también a actos que lo deberían convertir un apestado en la democracia estadounid­ense, como por ejemplo haber presionado para alterar los resultados electorale­s de las elecciones presidenci­ales de 2020. Ni siquiera haber instigado (al menos) políticame­nte el asalto al Capitolio de enero de 2021 le pasa la factura. La democracia estadounid­ense boquea como un pez fuera del agua sometida a una prueba de estrés descomunal y Trump camina impertérri­to sobre las aguas del Mall de Washington DC.

La prensa, la adepta y la contraria, no quieren ni pueden ni saben cómo dejar de hablar de él, y ya se sabe que quien domina la conversaci­ón política tiene mucho ganado en unas elecciones. Las pocas voces contrarias en el Partido Republican­o se acallan a medida que avanzan las primarias, y acabarán poniéndose en fila tras su candidato, junto a los donantes conserva

Son días de reflexión para los demócratas, en el sentido amplio de la palabra

dores, cuando la partida ya sea oficialmen­te cosa de Trump y Joe Biden. La mayoría de las encuestas dan ventajas de entre 1 y 6 puntos a Trump frente al presidente a nivel nacional, y también le sonríen en muchos de los estados que se considera que serán los campos de batalla decisivos de las elecciones: Georgia, Wisconsin, Arizona, Nevada, Michigan... Las apuestas, un buen indicador de cuál es el estado de ánimo, son más contundent­es: los apostantes se juegan el dinero por Trump, según la media de RealClearP­olitics.

Tan inevitable se antoja Trump que la conversaci­ón entre los pundits gira alrededor de si Biden llegará si quiera a presentars­e a la reelección. En The New York Times, el periodista Ezra Klein ha explicado con detalle la posibilida­d de que Biden renuncie antes de la convención demócrata y que el candidato se decida en una convención abierta. Sería sin duda otra convención celebrada en Chicago que pasaría a la historia del país. Con fuerza, suenan otros nombres, entre ellos el de Michelle Obama, por quien ya se apuesta en las casas online. Hay quien pone su dinero donde reside la esperanza.

Tanto fatalismo tiene mucho de signo de los tiempos: tras el primer Trump, el Brexit, la pandemia, la sucesión de guerras, el auge en Europa de la extrema derecha... parece que todo lo que pueda ir mal está destinado a ir peor. También es fruto de las dudas, enormes, que genera Biden, que si en 2020 ganó, sobre todo, porque no era Trump, en 2024 da más que hablar por su salud y su edad que por sus políticas.

Aun así, Trump no es inevitable. Nueve meses en la política estadounid­ense son mucho tiempo. Pero vencerlo requerirá que los demócratas construyan una coalición entre los progresist­as ( liberals) y los moderados del país que no parece que Biden haya sido capaz de forjar durante estos cuatros años. El debate sobre la viabilidad de la candidatur­a del presidente no es una frivolidad. Llegan días de profunda reflexión para los demócratas, en el sentido amplio de la palabra, en EEUU, y también para el actual presidente, que parece más un problema que una solución. No parece que Biden sea el Tony Stark que le robará el guantalete del infinito a Trump y le replicará: «Yo soy Iron Man».

 ?? Leonard Beard ??
Leonard Beard
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain