L’Auditori más sostenible
Además de los fastos musicales, el equipamiento celebra su 25º aniversario poniéndose al día con 1.200 paneles fotovoltaicos que, junto a otras medidas, permitirán ahorrar un 25% de energía.
L’Auditori de Barcelona celebra su 25º aniversario convertido en el edificio municipal más sostenible de la capital catalana. La conmemoración ha servido para poner en marcha diferentes iniciativas que convierten la obra de Rafael Moneo en modelo a seguir. Los 1.197 paneles fotovoltaicos para el autoconsumo instalados en la cubierta del edificio –la más grande en un equipamiento municipal– permitirán junto con otras medidas ahorrar un 25% en energía gracias a la producción de 678.400 kWh por año de energía limpia.
Las innovaciones del edificio no se han limitado a las placas fotovoltaicas. En la sala sinfónica Pau Casals, Eckhard Kahle (de Kahle Acoustics) y el estudio de arquitectura AIA culminarán este verano una intervención para mejorar la acústica en el auditorio con la colocación de paneles en el techo, entre otros, para que los músicos de grandes formaciones puedan escucharse mejor, una reclamación histórica de los músicos de la Orquestra Simfònica de Barcelona i Nacional de Catalunya (OBC). Esta formación y la Banda Municipal de Barcelona son dos de los principales conjuntos con sede en L’Auditori cuya vida ha cambiado radicalmente con este equipamiento convertido en epicentro de la creación musical en Catalunya y que cuenta con cuatro salas que van de las 200 a las 2.200 plazas.
Desde sus inicios, L’Auditori ha ofrecido 14.000 conciertos de todo tipo de músicas y estilos, y ha acogido 11 millones de espectadores. Actualmente, programa 500 conciertos al año. Pero cuando se inauguró, mucha gente dudaba de si habría suficiente público en Barcelona. ¿Iba a desplazarse la gente mayor acostumbrada a ir al Palau hasta ahí? Eso se preguntaba la venerada pianista Alicia de Larrocha cuando inauguró la sala sinfónica. Entonces, el eje cultural de la plaza de las Glòries empezaba a andar con el Teatre Nacional de Catalunya (TNC) junto a L’Auditori y el hoy consolidado 22@ muy cerca.
Una exposición retrospectiva en las columnas de la entrada recordará la historia de este edificio singular, una auténtica ciudad de la música que engloba la Escola Superior de Música de Catalunya (Esmuc) y el Museu de la Música. Y en el terreno musical, marzo llegará cargado de actividad, con estrenos de obras de Oriol Saladrigues, Raquel García-Tomàs, Josep Maria Guix y Albert Guinovart, conciertos gratuitos y la puesta en marcha del festival Subsònic, de música electrónica y carácter multidisciplinar, que se inaugurará el 1 de marzo con Music
for 18 musicians, de Steve Reich, interpretada en un espectáculo con Sinergy Vocals, Frames y Cube.BZ.
Todo tipo de público
Inaugurado el 22 de marzo de 1999, L’Auditori ha sido la primera sede pública de la OBC. Anteriormente, sus conciertos se realizaban en el Palau de la Música. Depende de un consorcio financiado por el Ayuntamiento de Barcelona y la Generalitat de Catalunya, que aportan el 60% y el 40% del presupuesto,supuesto, respectivamente.
Desde su apertura, L’ Auditori ha querido llegar a todo tipo de público. De los más pequeños a los más mayores, los amantes de la música sinfónica pero también a los del jazz, de la electrónica, la música antigua, del pop y del flamenco, y de la contemporánea. L’Auditori también ha sidopionerosidopionero en de la inclusión social a través del programa Apropa Cultura.
El centro musical ha potenciado a los compositores y los artistas locales y hoy en día es un «referente delsurdeEuropaenproyectosedu-delsurdeEuropaenproyectoseducativos y en la promoción de la creación artística con alianzas estratégicas con las principales instituciones internacionales», destaca Robert Brufau, director de L’Auditori desde 2018.
El próximo 22 de marzo se celebrará un concierto conmemorativo de la OBC, dirigido por su titular, Ludovic Morlot, con artistas de primer nivel, como el pianista Denis Kozhukhin y la soprano Anna Devin, que estrenará Songs for Julia de Guix. El programa incluye también la Sinfonía núm. 7 de Sibelius y el
Concierto para piano núm. 2 de Brahms. A continuación, en la Linterna, Francesco Tristano ofrecerá un concierto gratuito que combinará piano y electrónica. Y el 24 de marzo, la Banda Municipal, dirigida por su titular, José R. Pascual-Vilaplana, estrenará la Simfonia Gaudí de Guinovart.
El 9 de marzo habrá dos conciertos gratuitos, uno a cargo de la OBC, donde se estrenará Utopia de
Este verano se intervendrá en la sala Pau Casals para mejorar su acústica
La electrónica
sonará en marzo con el festival multidisciplinar Subsònic
En el programa
figuran estrenos de Saladrigues, García-Tomàs, Guix y Guinovart
Saladrigues, en la Sala Pau Casals, y otro en el exterior del edificio a cargo de Nao Albet y Adrià González. Y el día 15, coincidiendo con la salida a la venta de la primera parte de la integral de Maurice Ravel (primer disco físico de la orquesta catalana con el sello de L’Auditori), la OBC estrenará Las constelaciones que
más brillan de García-Tomás, en un concierto junto a obras de Ravel y Montsalvatge, que la orquesta también interpretará en su gira de primavera en Hamburgo y Estocolmo. También orquestas del panorama internacional se sumarán al 25º aniversario. De la mano de Ibercamera MusicaAeterna, el conjunto de Theodor Currentzis, ofrecerá el
Réquiem de Mozart y la Orquesta Sinfónica de Düsseldorf con Adam Fischer al frente, la Quinta de Mahler.
El primer auditorio público de la ciudad tiene aún camino por recorrer. Para Josep Vives, director de Promoció Cultural, en los próximos 25 años el reto es expandir el programa de giras de la OBC por Catalunya. Por su parte, Xavier Marcé, responsable de Cultura del ayuntamiento, considera importante unificar la zona entre L’Auditori y el TNC. «Uno se pregunta por qué no hay una gran plaza en medio que aglutine el potencial de ambos con elementos tan complementarios como son la música y las artes escénicas», apunta. Si se han pacificado calles como Consell de Cent, no debería costar tanto hacer lo mismo con esa calle que les separa. «Es un tema que está sobre la mesa y estamos trabajando en potenciales soluciones», reconoce.