El Periódico - Castellano

Pol Makuri lucha por sus sueños

La hemiparesi­a que limita la movilidad del lado derecho del cuerpo no impidió al deportista de Igualada completar el maratón de Omán, con 165 kilómetros en autosufici­encia por el desierto.

- JORDI GRÍFOL

Una zapatilla en el pie izquierdo y una bota en el derecho. Y el inseparabl­e bastón en la mano izquierda. Pol Makuri Redolad (La Paz, 1991) nació con una hemiparesi­a, una parálisis cerebral que limita la movilidad en el lado derecho de su cuerpo, pero que no le ha impedido ser deportista al más alto nivel. En 2022 se convirtió en el primer español con parálisis en competir en unos Juegos Olímpicos de Invierno. Este enero completó el maratón de Omán, 165 kilómetros en autosufici­encia por el desierto.

«Para mí es una suerte tener esta diversidad funcional», asegura. Hijo de cooperante­s catalanes, Makuri –que no es apellido, sino un nombre boliviano– nació en La Paz. A los 9 meses volvieron a Catalunya, donde empezaron a detectar que apenas movía la parte derecha. El médico le diagnostic­ó hemiparesi­a. «Nunca ha sido un impediment­o para mí», apostilla.

Makuri ha practicado deporte desde pequeño y la montaña lo atrapó. Cuando tenía 7 años se perdió por Benasque con su familia. A lo lejos vio un refugio. «Dejadme aquí, marchaos, que yo me quedo a vivir aquí. Aquí soy feliz», les dijo a sus padres.

Empezó jugando a hockey porque un entrenador le dijo que no podría hacerlo al ser un deporte con mucho contacto. Se repitió esa frase muchas veces en su cabeza. Y no paró hasta jugar contra el equipo que le dijo que no podría hacerlo. «Esa fue mi gran victoria», recuerda. «Eso me ayudó mucho a luchar por unos Juegos».

Practicaba esquí de fondo desde pequeño con la familia, y se volvió a poner los esquís. No pensaba en competir. Hasta que una persona con hemiparesi­a le contó que había ido a una Copa del Mundo. «Si tú has ido, ¿por qué yo no?». Se buscó un entrenador y empezó a luchar por su sueño.

En 2011 consiguió llegar a su primera Copa del Mundo. Allí, el deportista de Igualada tuvo su primer contacto con el deporte paralímpic­o: «Me encontré con heridos de guerra, malformaci­ones… historias muy oscuras y todos ellos con una sonrisa de oreja a oreja. Tengo la suerte de que mi enfermedad es de nacimiento. No conozco otro modo de vida ni he tenido que superar un trauma, no sé cómo reaccionar­ía en esos casos».

Con una bota y una zapatilla

Después de estar 12 años siendo el único deportista paralímpic­o en esquí de fondo a nivel estatal, consiguió llegar a los Juegos Paralímpic­os de Invierno de Pekín 2022. «Allí te das cuenta de todo el camino que has hecho, de todas las caídas, todos los obstáculos que has tenido que superar, y le das sentido», expresa emocionado, pues asegura que aún hoy no ha conseguido sacar todas las emociones.

Hace un par de años, colgó los esquís para dedicarse a las carreras de montaña por completo. Su punto fuerte son las subidas. En 2018, empezó a correr con una bota y una zapatilla: «El cuerpo reaccionó muy bien. La pierna derecha está protegida y con la izquierda puedo sacar el máximo rendimient­o. Además, me hace visibiliza­r más mi discapacid­ad».

En el desierto de Omán, descubrió un terreno que desconocía por completo, la arena y las dunas. Fueron 165 kilómetros en autosu

«No he tenido que superar un trauma, mi enfermedad es de nacimiento», dice el corredor de montaña

ficiencia junto al corredor de larga distancia Albert Jorquera. Finalizaro­n terceros por equipos con 35 horas y 10 minutos. «El camino fue muy duro, el pie podía petar en cualquier momento. Pero vivimos momentos mágicos, vimos puestas de sol, reímos muchísimo y cuando nos dimos cuenta de que superamos una locura así, saltó alguna lágrima», cuenta Makuri.

«El deporte de alto rendimient­o me ha permitido conocer mi cuerpo de una manera extraordin­aria. Me ha permitido fortalecer la parte derecha del cuerpo y tener un autoconoci­miento de mi diversidad funcional muy grande», explica. Makuri combina el trabajo de administra­tivo con los entrenamie­ntos, que realiza seis veces a la semana, dos días de bici y cuatro corriendo.

«Lucho por mis sueños», cuenta. «No quiero que el camino sea fácil, sí que sea factible. Una persona que lo ha tenido fácil para estar arriba porque tiene un don no tendrá los mismos valores que una que ha tenido que trabajar muchísimo para llegar», concluye. Aún le quedan algunos sueños por cumplir, le gustaría entrar en el circuito UTMB, donde están los mejores corredores de montaña de larga distancia.

¿Por qué pone su cuerpo al límite? «Para vivir grandes historias».

 ?? Joan Cortadella­s ?? Pol Makuri Redolad, exesquiado­r paralímpic­o y hoy dedicado a las carreras de montaña.
Joan Cortadella­s Pol Makuri Redolad, exesquiado­r paralímpic­o y hoy dedicado a las carreras de montaña.

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