El Periódico - Castellano

Tocado pero no hundido

Más allá de las propuestas de los partidos para hacer frente a la sequía, el pleno monográfic­o sobre el tema celebrado esta semana en el Parlament también mostró la debilidad parlamenta­ria del Govern, y también sus opciones de superviven­cia. Aragonès pudo

- QUIM BERTOMEU CARLOTA CAMPS

El pleno monográfic­o sobre la sequía de esta semana en el Parlament no solo sirvió para formular propuestas para combatir la escasez de agua o para relajar las restriccio­nes de la Generalita­t, sino también para radiografi­ar el momento político catalán. La foto que sale de la Cámara catalana es la de un Govern con debilidad parlamenta­ria que sufre a cada votación, pero que, pese a todo, salió vivo de la cita y conserva aún la posibilida­d de aprobar la ley más importante del curso, la de los presupuest­os.

Eso sí, si quiere cumplir con el mandato de la Cámara, el president Pere Aragonès tendrá que modificar en las próximas semanas algunas de las medidas contra la sequía. El sector turístico fue el que, de la mano del PSC y Junts, salió más beneficiad­o de la cita parlamenta­ria. Lo que nadie quiso afrontar, por ser impopular, es qué habrá que hacer si persiste la falta de lluvia.

1 Votaciones perdidas.

Cuando Junts salió del Govern en octubre de 2022, Aragonès no quiso incorporar a ningún otro partido en su ejecutivo y con eso ganó en cohesión interna, pero perdió en estabilida­d parlamenta­ria. En este pleno se ha vuelto a demostrar: de las 24 propuestas que ERC sometió a votación, le tumbaron el 40%. Ahora en la Cámara opera una socioverge­ncia que castiga la falta de apoyos del Govern. Eso se traduce en que, mientras los republican­os sufren en cada votación, el PSC logró aprobar todas sus resolucion­es (25) y Junts todas menos una. Para que este esquema sea posible, socialista­s y posconverg­entes se intercambi­an los votos la mayoría de veces.

Pero más allá de los números, esta debilidad parlamenta­ria también se visualiza en el contenido de algunas propuestas que ERC no pudo evitar que prosperara­n. La más simbólica, una en la que el Parlament constató la «mala gestión» y «falta de previsión» de la Generalita­t ante la sequía..

2 Correccion­es al plan de sequía.

La alianza entre PSC y Junts también se articuló para exigir al Govern varios cambios en el plan de sequía. Los más destacados son los que afectan a hoteles y gimnasios. Ahora, los establecim­ientos turísticos solo pueden llenar sus piscinas si usan agua de mar, que no desaliniza­da, y solo si tienen mecanismos para evacuarla fuera del alcantaril­lado. El texto aprobado por la Cámara propone que los hoteleros puedan usar agua de mar tratada y exige al Ejecutivo que impulse «líneas de apoyo y colaboraci­ón» para sostenerlo.

En el caso de los centros deportivos, el pleno pidió buscar alternativ­as al cierre total de las duchas, previsto para las fases 2 y 3 de la emergencia. Los republican­os se abstuviero­n en esta votación, que se hubiera aprobado de todos modos, alegando que el Govern -al que competen estos cambios- ya estudia una flexibiliz­ación para los sectores más afectados por las restriccio­nes hídricas. También se aprobó estudiar una relajación de las limitacion­es de agua que afectan a los agricultor­es y ganaderos, una propuesta que llevaban varios grupos, entre ellos también ERC.

3 Aviso a los presupuest­os.

El pleno de sequía también operó cómo un buen termómetro para tener pistas del estado de la negociació­n de los presupuest­os de este año. El Govern no tiene los apoyos cerrados, pero aún puede aspirar a conseguirl­os. Eso sí, cada vez está más claro, aunque nadie lo admita en público, que sus únicos socios potenciale­s son el PSC y los Comuns. La CUP y Junts ya se han descolgado de la operación. El Parlament también escenificó que el futuro del casino Hard Rock es el principal escollo para tener cuentas. Y aquí, el pleno no solo no clarificó el camino, sino que lo complicó aprobando resolucion­es contradict­orias. Por un lado, una que avalaba seguir impulsando el proyecto pese a la sequía. Por el otro, una que reclamaba frenarlo como mínimo temporalme­nte por su uso extensivo de agua.

El president utilizó su discurso inicial para anunciar que había consignado en las cuentas 1.045 millones para combatir la sequía. Una forma de presionar a la oposición con el argumento de que, si no hay cuentas, no hay recursos para la escasez de agua.

4 No a los trasvases.

El Govern sí consiguió cortar de raíz el debate sobre el trasvase del Ebro –y alejar una posibilida­d que la Agència Catalana de l’Aigua llegó a poner sobre la mesa–, aunque no pudo hacerlo del modo que esperaba. Los republican­os llevaban a votación una propuesta que rechazaba cualquier nueva captación de agua de este río, pero su texto también hacía una referencia errónea al trasvase del río Ter–del que actualment­e se extrae agua para el área de Barcelona, pero que está en vías de reducirseq­ue generó polémica. ERC lo atribuyó a un error humano y probaron de cambiar el texto con una corrección que la Mesa no aceptó.

 ?? Quiqie García / Efe ?? El president Aragonès habla con el conseller de Agricultur­a, David Mascort, en el Parlament.
Quiqie García / Efe El president Aragonès habla con el conseller de Agricultur­a, David Mascort, en el Parlament.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain