Las VTC hablan de «caza de brujas política y policial» antes del Mobile
La Administración zurra de lo lindo a las VTC, las licencias de alquiler de vehículos con conductor, desde 2019, alentada por la contraparte, un sector del taxi que sí sabe cómo poner contra las cuerdas a los gestores públicos. Lo último ha sido una campaña de inspecciones que ha terminado con decenas de coches inmovilizados o en el depósito. «Ya nos queda poco que perder», asegura la patronal de las VTC clásicas. La era de la docilidad parece que llega a su ocaso: se movilizarán durante el Mobile World Congress.
A esto hay que sumarle el anuncio realizado el jueves por Tito Álvarez, portavoz de Elite Taxi, sobre el acuerdo alcanzado con distintos partidos políticos para que los nuevos taxistas y todos los conductores de VTC tengan que acreditar el nivel B2 de catalán para poder ejercer. Condición que, sin embargo, no se aplicaría de manera retroactiva a los taxistas que ya tengan la credencial.
Los chóferes de VTC, además, si se cumple lo pactado, tendrán que pasar un examen para poder trabajar. Añadan los decretos aprobados por el Govern en 2019 y en 2022, que ya restringieron el sector y la nueva licencia urbana que otorga el Área Metropolitana de Barcelona, que es la única que permite realizar servicios entre las 36 ciudades que forman este ente supramunicipal.
Las principales patronales del sector de la VTC –Unauto, Feneval VTC y VTC Gran Turisme de Catalunya– han compartido su malestar a través de un comunicado en el que hablan de «persecución policial y política». Sin concretar, no descartan «la posibilidad de llevar a cabo un paro» del sector durante el MWC «si persiste el clima de hostilidad hacia el sector». Esta campaña se produce en un contexto de liberalización de licencias para poder cubrir toda la demanda del MWC. Los taxistas podrán saltarse su día de fiesta semanal y las VTC de otras comunidades autónomas podrán venir a Barcelona para hacer su particular agosto. Después, vuelta al invierno.
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