Zelenski, más cuestionado que nunca, promete la victoria de Ucrania
▶ El presidente, flanqueado por algunos dirigentes europeos, proclama que la contienda terminará con una «paz justa» en «los términos» que su país decida
Flanqueado por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y por los jefes de Gobierno de tres países occidentales, la fe de Volodímir Zelenski en una futura victoria ante Rusia no desfallece. Pese a que el curso de la guerra atraviesa el periodo más delicado para el país eslavo, y a que su figura se halla cuestionada internamente más que en ningún otro momento, el presidente de Ucrania prometió ayer, desde el aeropuerto de Gostomel, en la periferia de Kiev, escenario de encarnizados combates al inicio del conflicto hace exactamente dos años, que la contienda terminará con una paz «justa» en «los términos» que establezca su país. «Llevamos luchando por ello 730 días, y ganaremos», ha proclamado en tono firme.
El flamante comandante en jefe del Ejército, Oleksándr Syrsky, nombrado tras la reciente destitución del popular general Valerii Zaluzhni, se pronunció en los mismos términos: «La luz siempre prevalece sobre las tinieblas», escribió en Telegram. La relativa normalización de la guerra ha provocado que, en este segundo aniversario de la invasión, al líder ucraniano solo le acompañaran los primeros ministros de tres países, Italia, Giorgia
Meloni, Bélgica, Alexander de Croo y Canadá, Justin Trudeau. No obstante, como muestra de que el apoyo de Occidente en bloque se mantiene, tras el acto, la dirigente italiana y Zelenski tenían previsto mantener por la tarde una reunión telemática con el resto de líderes del G-7 desde la catedral kievita de Santa Sofía. «Nosotros creemos que los ucranianos también combaten por nuestra libertad y por nuestro interés nacional», ha declarado Meloni ante los periodistas. De hecho, el país transalpino y Canadá se convirtieron ayer en el cuarto y quinto país en firmar un acuerdo bilateral de defensa con Kiev, después de que hayan hecho lo propio el Reino Unido, Francia y
Alemania.
El recuerdo de la invasión iniciada hace dos años por la Rusia de Vladímir Putin estuvo muy presente en las calles de la capital ucraniana durante toda la jornada. Por doquier, habitantes portando la bandera amarilla y azul del país eslavo paseaban arriba y abajo por Jreshatik, la céntrica avenida kievita. En el entramado de túneles bajo la plaza de la Independencia, un grupo de música tradicional, entonaba el himno nacional o canciones símbolo de la resistencia ante la invasión rusa. En la superficie, habitantes de Kiev y de otras ciudades del país se acercaron hasta el improvisado memorial repleto de banderas ucranianas para rendir homenaje a los caídos. «He venido aquí para agradecerles que hayan dado su vida por nosotros para que podamos seguir viviendo, yendo a la escuela o al trabajo», explicó Marina Kabalenko, una mujer de 42 años.
Mito cuestionado
La figura de Zelenski, convertida en un mito durante los primeros compases de la guerra por haberse negado a abandonar Kiev pese a la cercanía de las tropas rusas y a los ofrecimientos en este sentido realizados por Estados Unidos, está siendo cuestionada por rivales políticos, algunos de los cuales le acusan de tendencias autoritarias. Borja Lasheras, investigador del programa de seguridad en el Centro Europeo de Análisis Político (CEPA) y consejero del Servicio de Acción Exterior Europeo, admite que el dirigente padece un proceso de «desgaste» propio de la «larga guerra» en la que se encuentra inmerso el país. «Algunas decisiones de su entorno han sido cuestionables y con personajes como Vladímir Klitschko (el alcalde de Kiev) es cierto que no existe química», admite este experto. Lasheras, sin embargo, destaca que se trata de un debate propio de una sociedad plural donde existe libertad de expresión, ya que en Ucrania «la gente puede decir lo que piensa».
Hoy por hoy, admite Serhiy Gerasymchuk, vicedirector de iniciativas regionales en Prisma Ucraniano, un centro de análisis internacional, «Zelenski sigue siendo el político más popular» y el destituido general Zaluzhni, la figura que recibe un grado de aprobación superior, «no ha emitido de momento señales de que aspire a una carrera política». Es una realidad que el conflicto armado ha provocado la hibernación del debate político en Ucrania, admite Lasheras, aunque recuerda que, de acuerdo con los sondeos de opinión, la mayoría de los ucranianos «acepta no celebrar elecciones ni cambiar de presidente» mientras continúe la guerra.
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Algunos rivales políticos de Zelenski le acusan de proyectar tendencias autoritarias
Solo tres primeros ministros de la UE asistieron al acto de conmemoración de los dos años de guerra