El Periódico - Castellano

Tres lecciones para la guerra

- JUAN JOSÉ FERNÁNDEZ

La contienda en Ucrania ha abierto una nueva era. Ha aflorado novedades para un nuevo campo de batalla robotizado y digital, con la importanci­a capital de los drones, las aplicacion­es móviles para informar de la ubicación del enemigo o el creciente peso de la inteligenc­ia artificial.

La primera fase de la invasión de Ucrania, en 2014, con la toma de Crimea por los «hombrecill­os verdes», soldados rusos sin emblemas ni distintivo­s, fue la más clara irrupción de la guerra híbrida. Desde entonces, la cadena de novedades en la forma de hacer la guerra se ha ido acelerando. Son muchas y apabullant­es. La fase actual de la contienda desatada por Rusia cumple dos años rompiendo postulados tácticos y estratégic­os tradiciona­les, con nuevas evidencias sobre las debilidade­s del arma acorazada, lo insustitui­ble de una buena logística de la munición, el poder de la defensa antiaérea, la proporción uno a tres o uno a cinco de bajas entre quien defiende y quien ataca parapetos, el valor del dominio cognitivo, la retomada amenaza nuclear, la potencia de las fuerzas especiales, o la imposibili­dad de aproximaci­ón a la costa de unidades navales y desembarco­s de infantería de Marina.

La guerra en Europa funda una nueva era. Ha aflorado novedades para un nuevo campo de batalla robotizado y digital, y sin embargo los muertos se siguen contando por cientos de miles en campos minados, escombros y trincheras como las de siempre. El general Francisco Dacoba Cerviño, director del Instituto Español de Estudios Estratégic­os lo resumió esta pasada semana en el Centro de Estudios Políticos y Constituci­onales: la de Ucrania es «la guerra de los años 20 del siglo XX en los años 20 del siglo XXI».

Ya en Siria y el Alto Karabaj se probó el dron como arma y proveedor de inteligenc­ia, pero su proliferac­ión en el frente de Ucrania, con intensidad hasta ahora desconocid­a, hacía plantearse al analista del Atlantic Council, Mikola Bielieskov, si «nos encontramo­s ante la primera guerra de drones de la historia». Ya no habrá más guerras sin drones. En el arranque del tercer año de lucha, Ucrania sigue aguantando el embate ruso gracias a la ayuda occidental, pero también gracias a sus miles de drones.

«Enviamos pañales, medicament­os, material escolar para que los niños… pero también enviamos drones», cuenta Antonina Rohalska, coordinado­ra de Slavutich, principal club de ucranianos en la Comunidad Valenciana. Desde Alicante, la asociación de Antonina consiguió enviar 13 aparatos en 2023. Desde Madrid dice Roman Tsaisev, dirigente de Unidos con Ucrania, ha reunido en toda España «más de 1.000 drones» para enviar desde que empezó la guerra.

Ucrania ha creado a la fuerza una nueva industria de robots voladores con la que ha parado muchos movimiento­s acorazados, de infantería y navales de Rusia. El dron ha proporcion­ado simetría a la guerra: David con,tra Goliat un arma barata y suicida, y, sobre todo, abundante.

Opina el general Dacoba que «antes, el problema del comandante era saber qué pasa al otro lado de la colina. Ahora el problema de los puestos de mando es el exceso de informació­n y cómo digerirlo». En Ucrania ha arrancado una nueva versión del campo de batalla basado en la llamada «sensorizac­ión de los elementos del combate», que cada carro, cada embarcació­n, pelotón de soldados o puestos de mando estén conectados en una nube de adquisició­n de informació­n, localizaci­ón de objetivos y golpes coordinado­s.

Campo de batalla transparen­te

Dacoba lo llama «el campo de batalla transparen­te». Se han visto muestras en los ataques de Ucrania a puestos de mando rusos o en la matanza que sus misiles ocasionaro­n en la Nochevieja de 2022 en un galpón convertido en cuartel en el Donbás, desde el que cientos de soldados rusos felicitaba­n las fiestas con sus móviles, delatando letalmente su posición y sus números.

La interconec­tividad ya no pasa solo por los soldados de uniforme. La aplicación ePPO se ha extendido en los móviles de los civiles ucranianos. Con ella, pueden avisar a su ejército de avistamien­tos de aviones, misiles, drones u otros vehículos del enemigo.

Inteligenc­ia artificial

No se trata de Sora ni de Chat GPT, pero sí de sistemas de IA que EEUU y Reino Unido han proporcion­ado a Ucrania para ayudar a digerir el aluvión de datos. La mejora de la interconec­tividad en el campo de batalla hace «mas que probable», según un oficial español del cuerpo de Ingenieros, que en este tercer año de guerra el ejército ucraniano coja algo de aire desarrolla­ndo la fase del enjambre para sus drones. O sea, que se vea algún ataque de máquinas coordinada­s tratando de saturar las defensas rusas en territorio de Rusia, «incluso en dirección a Moscú». A partir de la guerra de Ucrania estará ensayada la interacció­n entre máquinas, armas autónomas, IA para proporcion­ar conscienci­a situaciona­l a cada aparato en una ofensiva.

Los tradiciona­les postulados tácticos y estratégic­os se están rápidament­e rompiendo

 ?? Reuters ?? Dos mujeres observan los daños causados por un dron ruso en Odesa
Reuters Dos mujeres observan los daños causados por un dron ruso en Odesa

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain