La guerra desata una ingente operación de minería de datos
▶ Empresas, ejércitos y estados hacen de la invasión de Ucrania un caladero de información con beneficios para Kiev
Hay un momento temido para cualquier familia rusa con su chico en el frente de Ucrania. Y es tanto la visita de un suboficial de su Ejército para darle la mala noticia como el inesperado aviso que puede recibir en el móvil mucho antes que la comunicación oficial rusa. De repente, aparece en pantalla un mensaje de condolencia del ejército ucraniano, con una foto del rostro del militar ruso «eliminado» o «dado de baja». Esta dolorosa campaña de propaganda es solo un fleco menor del enorme procesamiento de datos que se hace durante la guerra de Ucrania.
Este caso, como otros, parte de un software civil: la firma americana Clearview le aporta a Kiev su programa del mismo nombre para el reconocimiento facial. La Defensa Territorial de Ucrania dispone de más de 300.000 caras de rusos, la mayoría soldados, sobre imágenes tomadas en el frente. No se ha contado cuántas de esas caras son de soldados muertos. Procesada con inteligencia artificial (IA), si una cara se puede asociar a un teléfono ruso al que el finado llamaba con frecuencia, el sistema fabricará un mensaje y golpeará en la moral de la familia Rusia adentro.
De las 35 guerras que según el recuento del Ministerio de Defensa están abiertas en el mundo, ninguna como la de Ucrania está registrando una minería militar de datos de tales proporciones. Empresas privadas, Estados y ejércitos participan en su obtención y procesamiento. Se buscan y analizan datos e imágenes tomadas por satélites, drones, videocámaras ucranianas y rusas hackeadas, radares, móviles de ciudadanos…
También se procesan datos clínicos de heridos, trayectorias de artillería, misiles y drones o rutas de vehículos acorazados. Y se analizan los movimientos de los civiles, los flujos de agua, las demandas de energía, los caudales de mensajería telefónica.
En esta excavación sobre la guerra en directo, programas informáticos, generalmente de patente norteamericana, pero también europeos, británicos y de start-ups ucranianas proporcionan inteligencia a sus empresas y países de origen, a cambio de proporcionársela también a Kiev.
Seis grandes mineros
«Ucrania se salvó como Estado gracias a la nube», ha dicho el ministro de Transformación Digital ucraniano, Mikhailo Fedorov. Fue él quien abrió la puerta al mercado privado del data mining y es Kiev es hoy un centro de operaciones para ingenieros de numerosas tecnológicas, con seis a la cabeza: Microsoft, Palantir, Planet Labs, Maxar, Blacksky y Primer AI, además de la mencionada Clearview. Microsoft dio apoyo contra los ciberataques a Ucrania desde el comienzo de la guerra. Primer analiza conversaciones rusas por radio. Planet, Blacksky y Maxar procesan imágenes de satélite. Pero de todas ellas, Palantir es la líder. Esa compañía, con sede en Denver y dirigida por el excéntrico ingeniero Álex Karp, principal colaborador externo de Fedorov, es la mayor excavadora, trituradora y distribuidora de datos de la guerra de Ucrania, un antes y un después para el sector.
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