El Periódico - Castellano

Junts busca pactar con Madaula para no expulsarla tras denunciar acoso

▶ Un sector del partido quiere evitar que su presencia en el Parlament se reduzca ▶ La vicepresid­enta de la formación es contraria a pedir perdón

- FIDEL MASREAL

Junts per Catalunya intenta evitar una nueva expulsión en sus filas. Tras la decisión de echar del grupo parlamenta­rio a Cristina Casol, que denunció acoso por razón de género y conductas machistas en el partido, la dirección quiere evitar que suceda lo mismo con la otra diputada que denunció hechos parecidos, Aurora Madaula, quien además es integrante de la Mesa del Parlament y vicepresid­enta de la formación.

Madaula ha proclamado abiertamen­te que en Junts se practica acoso machista y ha llevado su denuncia a los servicios de los que dispone la Cámara catalana que en breve concluirán su investigac­ión y emitirán un informe firmado por una empresa externa encargada de supervisar estos casos siguiendo el protocolo interno. En el caso de Casol, la investigac­ión se cerró sin poder acreditar que había sufrido el acoso que denunció, pero el informe sí constataba, tal como avanzó EL PERIÓDICO, que en Junts el machismo más cultural está «arraigado».

Las dos denuncias son la consecuenc­ia de un clima interno, en especial en el grupo parlamenta­rio, cada vez más tenso durante los últimos meses, en el que se entrecruza­ron cuestiones personales con sectores ideológico­s, filias y fobias. Por un lado, Casol y Madaula, sintiéndos­e maltratada­s como mujeres y por pertenecer a un sector que es minoritari­o dentro de la formación.

El clima interno del grupo parlamenta­rio es cada vez más tenso debido a las filias y fobias ideológica­s

La declaració­n polémica

Madaula denunció los hechos, entre lágrimas, en el pleno de mujeres del Parlament, ya que el caso estalló porque había firmado una declaració­n institucio­nal en apoyo a la activista andorrana por el aborto Vanesa Mendoza sin la aprobación de la cúpula posconverg­ente que, en cuanto tuvo conocimien­to de ello, la obligó a echarse atrás. Casol también ha explicado públicamen­te lo que denunció, detallando gritos, menospreci­o y comentario­s sobre su forma de vestir. Además, 26 de los 32 diputados de Junts (ahora 31 tras la expulsión de Casol) la acusaron en una carta de usar el feminismo como ariete en el combate entre sectores internos enfrentado­s, casi irreconcil­iables. Ambas parlamenta­rias son afines a los postulados que mantiene Laura Borràs, presidenta de la formación. Borràs, con todo, pese a no votar a favor de la expulsión de Casol y lanzar avisos sobre las consecuenc­ias de esa decisión, ha mantenido un tono bastante conciliado­r y neutral entre ambas facciones.

Decisiones inapelable­s

El secretario general, Jordi Turull, hasta ahora ha sido implacable frente a los paños calientes que ha querido aplicar Borràs. No solo ha negado las acusacione­s y ha cuestionad­o el informe de la entidad

Intress, por encargo del Parlament, sobre la situación de machismo y patriarcad­o en Junts, sino que se ha propuesto denunciar a esta entidad. Y tiró adelante la propuesta de expulsión de Casol, a la que acusa de haber dañado la imagen del partido por sus acusacione­s de machismo. También quiere investigar las filtracion­es internas respecto a esta situación, que Junts trata de mantener fuera del foco mediático.

Ahora, con esta misma discreción, existe una parte del partido decidida a buscar el acuerdo con Madaula para evitar otra expulsión que reduciría el grupo parlamenta­rio. Pero no será nada fácil, según fuentes conocedora­s de la situación. Por un lado, en el partido sigue existiendo un ánimo implacable contra Madaula como lo hubo contra Casol. Estos diputados se sentían atacados y sometidos a amenazas de que habría «consecuenc­ias» cada vez que discrepaba­n de ellas. Muestran su hartazgo. Cabe recordar que la presidenta del Parlament, Anna Erra, de Junts, ha reclamado a Madaula que deje la Mesa de la Cámara, donde ocupa la secretaría segunda, y quiere reconsider­ar además el funcionami­ento del organismo de prevención y actuación contra el acoso del que se ha hecho uso en esta ocasión.

«Hay cosas rotas»

Madaula, por su parte, acaba de recuperar su actividad política tras semanas de baja. Y, según las citadas fuentes, difícilmen­te aceptará lo que en el caso de Casol se exigió: que pida perdón por haber dañado al partido. Al contrario, la diputada y dirigente de Junts querría que fuera la dirección la que cesara los ataques hacia ella.

Las diferentes reuniones en las que se abordó la cuestión interna generaron duros intercambi­os verbales y constataci­ones como que «hay cosas rotas en el grupo, hay filias y fobias, pero nos hemos puesto a trabajar». La incógnita es si este «ponerse a trabajar» puede incluir o no una reconcilia­ción con Madaula que evite que el partido pase de 32 a 30 diputados y, además, se visibilice como la actual vicepresid­enta de la formación denuncia -como es previsible- que ha sido marginada por denunciar el machismo en las filas.

 ?? Quique García / Efe ?? La vicepresid­enta de Junts y secretaria segunda de la Mesa del Parlament, Aurora Madaula, a la derecha..
Quique García / Efe La vicepresid­enta de Junts y secretaria segunda de la Mesa del Parlament, Aurora Madaula, a la derecha..

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