El Periódico - Castellano

Suspenso a los párkings de bicis en estaciones de tren

Varios expertos coinciden en que el sistema de aparcamien­to para bicicletas junto a las estaciones de tren ideado por Adif está mal enfocado porque es insuficien­te en cuanto a plazas y demasiado caro.

- CARLOS MÁRQUEZ DANIEL

La comparació­n con Ámsterdam en materia ciclista es sangrante. Y un poco injusta si se tiene en cuenta que nos llevan medio siglo de ventaja, desde que en los primeros años 70 se produjera una revuelta social que empezó a cambiar la morfología de la capital holandesa, un clamor que a orillas del Mediterrán­eo no llegó hasta bien entrado el siglo XXI. Pero sí hay algo que se puede equiparar con cierta objetivida­d: el precio de un aparcamien­to para bicis junto a una estación de tren.

En la ciudad de los tulipanes es gratis las primeras 24 horas, y a partir de ese momento, 1,35 euros al día. Los 42 párkings ciclistas que Adif está instalando en terminales ferroviari­as españolas, Barcelona incluida (Sants), ofrecen media hora gratis, y a partir del minuto 31 la cosa sale por 0,36 euros la hora, 8,64 euros diarios. Según los expertos consultado­s, aunque valoran el esfuerzo, se trata de un proyecto muy mal enfocado.

El gestor público ferroviari­o lo anunciaba a mediados de enero: «Adif impulsa la multimodal­idad con la instalació­n de aparcamien­tos seguros para bicicleta». Son pequeños contenedor­es con seis plazas cada uno que durante este mes se han ido colocando en ciudades de Andalucía, Aragón, Castilla–La Mancha, Castilla y León, Comunidad de Madrid, Comunitat Valenciana, La Rioja, Extremadur­a, Navarra, País Vasco y Catalunya. Durante los próximos 10 años, el mantenimie­nto y explotació­n de estos cubos correrá a cargo de FCC Medio Ambiente, Don Cicleta y Benito Urban, por un valor, para toda la década, de 850.000 euros.

La pregunta incómoda

La primera reflexión aborda el tema de las plazas. En el concurso público, convocado en 2022, se puede consultar el detalle de las preguntas que las empresas aspirantes mandaron a Adif para afinar en su propuesta.

Una de ellas quería saber cuántos viajeros pasan por las estaciones agraciadas. Teniendo en cuenta que son un total de 252 plazas para toda España, la pregunta puede tener incluso un punto de mala leche. Adif respondió con un largo listado de números.

Si se suman todos los viajeros, estamos hablando de 148,6 millones de entradas y salidas. O lo que es lo mismo, un aparcamien­to de bici por cada 600.000 viajeros. Aunque es justo aclarar que el conteo, en un suponer, incluye las idas y venidas de una misma persona.

Puede que sean, entonces, 400.000 individuos distintos. En cualquier caso, se trata de una oferta de plazas tremendame­nte baja respecto al total de clientes potenciale­s. «¿De verdad con esta disponibil­idad creen que están impulsando la multimodal­idad? Es irrisorio y ridículo», sostiene Jota Montserrat, vocal de la junta del Bicicleta Club de Catalunya (Bacc).

En opinión de este experto, el proyecto «está mal planteado, lo mires por donde lo mires». Considera que el modelo de contenedor no es seguro, por mucho que incluya un seguro por valor de 1.000 euros. En su interior, el anclaje solo permite atar la rueda delantera y cuadro, aunque está sobradamen­te demostrado, señala Montserrat, que el aparcamien­to en U invertida es el mejor, ya que permite amarrar las dos ruedas con el cuadro. El contenedor, además, queda abierto por debajo y solo está agarrado al suelo con unas patas atornillad­as, lo que facilita que su interior se llene de suciedad.

Moises Pombo creó hace un año un canal de Youtube (YoEnBici) en el que habla sobre movilidad y ciclismo urbano. Pisa el terreno y comparte sus impresione­s. También lo ha hecho con el aparcamien­to de bicis de Adif. En conversaci­ón con este diario, coincide en que este proyecto «no hay por dónde cogerlo».

«Con muchas más plazas y con un precio muy inferior, podría funcionar, pero tal y como lo han planteado, y a 10 años vista, no tiene ningún sentido. Los acabaremos viendo abandonado­s, grafiteado­s y con el interior lleno de mierda, y no creo que lo use casi nadie», pronostica.

Respecto al coste del servicio, basta con hacer cuatro números. Dejando de lado que la primera media hora es gratis, el coste de un día entero escala hasta los 8,64 euros.

Intermodal­idad significa pasar de un medio de transporte a otro. Pongamos por caso que alguien deja la bici para coger el tren porque trabaja en Gavà y tiene que subirse a la R2 en Sants.

Similar a la plaza de coche

Le esperan por delante ocho horas más dos de desplazami­ento y pausas para la comida. Total: 72 euros al mes, un precio muy similar al del alquiler de una plaza de aparcamien­to en esta localidad del Garraf. Y mucho más caro que una plaza de moto, eso por descontado.

«Nadie va a pagar ese precio por aparcar una bicicleta –señala Montserrat–. Lo venden como una gran cosa, pero lo cierto es que es muy cutre, una simple maniobra de green washing que les ha salido mal».

No hace falta comparar con Ámsterdam, ciudad cuya estación central de trenes dispone de un aparcamien­to subterráne­o con 7.000 plazas para bicis.

Basta con fijarse en el servicio público Bicibox, con más de 200 párkings de bici en 27 ciudades del Área Metropolit­ana de Barcelona, con un total de 1.800 plazas.

Ahora no se paga nada, y solo si una bicicleta supera las 72 horas de estancia, puede ser retirada, lo que genera un coste de gestión de 20 euros para el usuario.

La primera media

hora es gratis, pero luego se paga 0,36 euros la hora, 8,64 por día

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Jordi Cotrina
 ?? ?? Arriba, contenedor para bicis en la estación de Sants. Abajo, aparcamien­to exterior de bicis en la misma estación barcelones­a y un usuario intentando superar el acceso con la bicicleta.
Arriba, contenedor para bicis en la estación de Sants. Abajo, aparcamien­to exterior de bicis en la misma estación barcelones­a y un usuario intentando superar el acceso con la bicicleta.
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