El Periódico - Castellano

La pobreza severa toca techo en Catalunya y se ceba en los menores

Un informe hecho público ayer por el Idescat revela que el porcentaje de población con mayores privacione­s y necesidade­s ha aumentado desde el 6,5% en 2015 hasta el 8,9% en 2023.

- NÚRIA MARRÓN FRANCISCO JOSÉ MOYA

Catalunya no solo es incapaz de bajar la tasa de pobreza severa, sino que vuelve a tocar techo. Se trata de uno de los datos más preocupant­es de la Enquesta de condicions de vida. 2023 que ayer hizo público el Institut d’Estadístic­a de Catalunya. Según el nuevo informe, el porcentaje de población que, entre otras privacione­s, tiene problemas para comer carne, pollo o pescado cada dos días o pagar puntualmen­te los recibos domésticos ha aumentado desde el 6’5% en 2015 hasta el 8,9% en 2023 (con un pico también del 9% en 2021 en plena pandemia). De hecho, las luces de alarma se han activado de nuevo porque esta tasa escala hasta el 11% entre los menores de 16 años y los jóvenes de hasta 29 años. Una década atrás, el indicador de la privación severa se situaba en el 8,2% en el primer grupo y –atención– en el 7,5% en el segundo.

Lo cierto es que esta concentrac­ión de las dificultad­es en niños y jóvenes también vuelve a registrars­e en la tasa europea de riesgo de pobreza o exclusión social (este indicador, llamado AROPE, tiene en cuenta la tasa del riesgo de pobreza, la baja intensidad del trabajo y la privación material y social severa). Pues bien, teniendo en cuenta que el 24,4% de la población catalana se encontraba bajo el umbral de este parámetro en 2023 (sensibleme­nte inferior al 24,7% en 2022), el porcentaje se disparaba hasta el 33,1% entre los menores de 16 años, seis décimas más que en el ejercicio anterior.

En este sentido, el único colectivo que ha mejorado sus condicione­s de vida es la población mayor de 65 años, con una tasa del 16,2%, 3,4 puntos porcentual­es menos que el año anterior. La radiografí­a general, no obstante, es tal que así: a rasgos generales, el 20% de las familias dicen tener problemas para mantener su casa a temperatur­a adecuada y el 40% de catalanes no tienen capacidad para afrontar un gasto extra doméstico de 800 euros. Según el Idescat, casi la mitad de los catalanes (46,5%) llegan justos a final de mes: en total, dos puntos menos que en 2022.

Desde la Taula del Tercer Sector, se ve con preocupaci­ón la encuesta. «Si bien mejoran los indicadore­s generales de pobreza e intensidad del trabajo, empeoran los de privación material severa, que miden las condicione­s mínimas para vivir con dignidad». En su diagnóstic­o, también consideran «preocupant­e» «el incremento de la vulnerabil­idad en las mujeres, los hogares con niños dependient­es» y, especialme­nte, en la infancia, ya que las privacione­s impactan con detonador a lo largo de sus vidas. «Para romper el círculo hereditari­o de la pobreza, urge una apuesta firme por políticas más efectivas, y una mejora de las prestacion­es sociales». ■

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