El Periódico - Castellano

«El jugador se comió a la persona»

El base de El Masnou explicó durante su presentaci­ón como jugador del Barça los problemas de salud mental -un «estrés crónico», detallópor los que ha pasado en los últimos meses.

- JORDI GRÍFOL BASE DEL FC BARCELONA

«Volvemos a estar aquí». El dorsal 9 del Barça vuelve a ser propiedad de Ricky Rubio. El base de El Masnou, vestido con una sudadera gris y unos pantalones vaqueros azul claro, se sentó en un taburete en la tarima del Auditori 1899, cogió el micrófono y se abrió por completo. Quiso ser el primero en hablar en su presentaci­ón oficial como jugador azulgrana, antes de que lo hicieran el presidente Joan Laporta y el directivo responsabl­e de la sección Josep Cubells.

«El jugador de baloncesto se comió a la persona», admitió Rubio frente a un Auditori 1899 lleno, con el entrenador Roger Grimau y los jugadores Álex Abrines, capital del equipo, Nico Laprovitto­la y Jabari Parker presentes. También, entre otros, el director general de la sección Juan Carlos Navarro y el asistente Víctor Sada, con quienes levantó, junto con el propio Grimau, la segunda Euroliga de la sección en 2010.

«He desarrolla­do un estrés crónico y necesitaba un tiempo para regularlo. Nunca le puse una etiqueta de depresión o trastorno de ansiedad. Quería entender por qué había llegado a ese punto y por qué me estaba pasando», detalló Rubio, que quiso explicar el proceso que le ha mantenido alejado de las pistas desde agosto del año pasado, cuando abandonó la concentrac­ión de la selección española antes del Mundial asiático.

Dos factores

Hubo dos factores que propiciaro­n sus problemas de salud mental: «Ha habido un factor interno y uno externo. El interno es mi manera de pensar. Había unos mecanismos que me habían llevado a jugar al más alto nivel, pero que no eran sostenible­s aunque pensaba que sí. Ahora veo otra vía, con unos mecanismos sostenible­s. Seré igual de exigente, pero de otra forma».

«El factor externo fue el propio baloncesto, sentí que me tenía que alejar de él. No lo pude hacer en Cleveland, lo tenía que hacer en mi casa. No sabía quién era. Pasé mucho miedo, pero me han hecho ver que ese miedo se puede manejar. No es lo mismo tener miedo que tener nervios», puntualizó.

Rubio quiso agradecer que se respetara su privacidad durante todo el proceso de recuperaci­ón y el apoyo que le brindaron tanto la selección española como los Cleveland Cavaliers. «La federación podía haberme empujado a seguir jugando y optó por pensar en la persona antes que el jugador», señaló el jugador, que volvió a la pista con la selección la pasada semana ante Letonia y Bélgica.

«Sentí que me tenía que alejar del baloncesto. Y lo tenía que hacer en mi casa. No sabía quién era y pasé mucho miedo» «Llego a un equipo que va rodado, hay que ver cómo y cuándo entrar. Estoy a disposició­n del ‘staff’»

Recuperar la chispa

Llegó a pensar que el baloncesto se había acabado: «Desde el 1 de agosto, cada día que me despertaba, el baloncesto se había acabado. Había desapareci­do la persona. Lo he aprendido, me he construido de dentro a fuera y es algo que cuesta muchísimo, pero que es muy gratifican­te».

Paseando por la montaña con su fisioterap­euta, quiso hablar de baloncesto de nuevo, tras varios meses sin querer saber nada de su deporte. Volvió a recuperar esa chispa. «Tras tres o cuatro meses empezamos a hablar de baloncesto por primera vez. Pensé que si volvía el gusanillo a los 50 o 45 ya no podría jugar; con 33 sí, así que decidí darle un nuevo chance al baloncesto», relató.

Molestias en la rodilla

A principios de febrero, Ricky le pidió al Barça entrenar con ellos, sin compromiso. «Lo que pedí no era fácil, entrar en un club profesiona­l en medio de una temporada y pidiendo unas condicione­s no habituales... y lo aceptaron en todo momento. El vestuario me ha aceptado y me ha respetado, me ha tratado como uno más desde el inicio», comentó.

Tras el regreso a las pistas con la selección española, el partido de Euroliga del Barça este viernes ante el Mónaco en el Palau Blaugrana parecía el escenario de regreso con el Barça. Sin embargo, el base no jugó más de 13 minutos ante Bélgica por unas molestias en la rodilla. «No es nada grave, estoy ajustando la nave. Son seis meses sin jugar un partido. Hoy ha sido el día de la firma y estoy a disposició­n del staff. Llego a un equipo que va rodado, hay que ver cómo y cuándo entrar». Rubio le quiso quitar importanci­a a las molestias, aunque sigue sin querer poner fecha a su regreso con la camiseta del Barça.

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Joan Monfort / AP Ricky Rubio, ayer durante su presentaci­ón en el Auditori 1899 como jugador del Barça.

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