Un presidente que vive en X
El ultraderechista confía en que su predominio en el espacio virtual le permita mantener las riendas de un país con un 57,4% de pobres y una inflación acumulada cercana al 50%.
«Sáquenle las redes, ya no es tuitero ni panelista (tertuliano)», pidió la diputada provincial de derechas y exmodelo Amalia Granata. La adicción del presidente argentino Javier Milei a la red X provoca estupor en propios y extraños. El ultraderechista vive parte de sus días en el espacio virtual, es su segunda naturaleza y confía en que ese predominio que exhibe frente a los otros políticos analógicos le permita mantener las riendas de un país con un 57,4% de pobres, una inflación acumulada en sus dos primeros meses de gestión cercana al 50% y numerosos frentes de tormenta abiertos al mismo tiempo: la calle, el Congreso, la relación tormentosa con las provincias y, también, el Brasil de Luiz Inácio Lula da Silva.
Arrebatos nocturnos
La incontinencia de Milei se mide en números. Unos 2,5 millones de personas le siguen y el anarcocapitalista no les defrauda: siempre tiene algo que decir o replicar. El teléfono móvil es una extensión del brazo presidencial. Desde que inició su mandato, el pasado 10 de diciembre, hasta el 10 de febrero de 2024, escribió 4.364 textos y le dio un «me gusta» a otros 14.000, más de 233 diarios, entre ellos a Elon Musk, pero también a entusiastas adherentes a su causa «libertariana». Esos promedios pueden ser rebasados en horas de frenesí. La condición de ciudadano ilustre de X también se expresa en cifras. De acuerdo con el sitio https://milei.nulo.in/, Milei permaneció tres horas y 44 minutos en la red social el pasado sábado. Al otro día estuvo cuatro horas y 35 minutos. Los arrebatos a veces coinciden con situaciones de insomnio. La noche es el momento para descargar pulsiones. El lunes moderó sus estímulos: casi dos horas durante las cuales replicó 93 mensajes y ofrendó su corazón en otros 275.
No hay asunto divino ni profano que no suscite su opinión. El presidente habla naturalmente sobre los asuntos de su Gobierno, pero puede opinar sobre cuestiones ideológicas o las vanidades del espectáculo. Nunca pasará inadvertido. La inmersión digital de Milei es, a estas alturas, un estilo de Gobierno, según el diario La Nación. «Todo tuit con elogios que circule por la red puede ser premiado con un me gusta o un RT». También usa la red «como un arma para descargar su furia» u objeto de extrañas fascinaciones. Días atrás reaccionó positivamente ante una fotografía que posteó la actriz de películas para adultos Mia Khalifa. El like de Milei se convirtió inmediatamente en tendencia.
X es, también, un espacio para la pendencia. El pasado domingo, Milei alabó el multitudinario acto realizado por la ultraderecha brasileña en la avenida Paulista y que tuvo como figura estelar a Jair Bolsonaro, quien en la actualidad es investigado en calidad de participante de una «organización criminal» que intentó impedir primero el triunfo electoral de Luiz Inácio Lula da Silva y luego, ante esa imposibilidad, derrocarlo.
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