El Periódico - Castellano

Del volcán a la paz interior en un mes

Xavi anunció el 27 de enero que se iba del Barça. Pero en junio, a final de temporada. Y el equipo reaccionó dando «un paso adelante» sin perder ni un partido.

- MARCOS LÓPEZ

Justo ayer hizo un mes. Un mes de la noche (27 de enero) en que, tras la derrota con el Villarreal (3-5), Xavi Hernández anunciaba, por sorpresa, que dejaba el Barça. Se iba, pero se quedaba. Se iba en junio, renunciand­o al año de contrato que le quedaba, convencido de que «el equipo y el club necesitaba­n ese cambio de dinámica».

Desde entonces, el técnico se siente avalado por la fuerza que le dan los resultados y, sobre todo, por la evidente «mejora» en el juego, sintetizad­a en cuatro victorias y dos empates (3-3 con el Granada en Montjuïc y 1-1 en Nápoles) sin haber perdido desde aquella trágica noche con el Villarreal.

1 Xavi, liberado.

Está aliviado. Y tranquilo. Se siente el técnico en paz consigo mismo, por mucho que no se sepa si en algún momento de este volcánico mes haya podido arrepentir­se de su decisión. No lo parece porque está convencido de que acertó en el momento (el Barça había perdido Supercopa y Copa del Rey) y en el fondo, seguro de que el equipo necesitaba su renuncia. «Mi decisión fue acertada, el equipo ha dado un paso adelante», sostiene, avalado por esa reacción que se ha apreciado en el campo, explorando incluso una vía optimista.

Desde aquel día, 13 puntos de 15 en juego en la Liga. «Estamos a tiempo de todo, tanto en la Liga como en la Champions», recuerda el entrenador, tras admitir, eso sí, en varias ocasiones que no se había sentido bien tratado, sobre todo por el entorno del club, un término cruyffista (data de 1992) que rescató pero con sentido bien distinto al de su autor. Johan se refería, sobre todo, a lo que ocurría en el interior de la junta. Xavi, en cambio, se refiere más al exterior, incluyendo a los medios de comunicaci­ón, aunque luego aclaró que no se refería solo a ellos.

2 Laporta, condiciona­do ante «una leyenda».

Se tuvo que contener el presidente. Escuchó al entrenador la noche del 27 de enero. Y acató su decisión de irse. Si hubiera sido otro entrenador, ya no estaría dirigiendo al Barça. Pero es Xavi, «una leyenda», como se encargó de recordar. Por eso, lo mantuvo en el cargo, adoptando el dirigente una actitud pasiva, algo poco ‘laportiano’. Escuchó y calló porque tan solo ha hecho en este primer mes de extraña cohabitaci­ón con el técnico un par de referencia­s públicas.

La primera fue en un vídeo emitido por los medios oficiales del club donde se limitaba a acatar la formula Xavi. El segundo, en una larga entrevista con Jordi Basté en RAC-1, donde confirmó lo que había insinuado en su primer mensaje. Sigue en el banquillo porque el técnico es quien es. Luego volaron algunas bandejas de canapés en el palco de Montjuïc, indignado como estaba Laporta por aquel empate con el Granada. Desde entonces, ni una sola palabra más sobre el momento del equipo, mientras traza con Deco la búsqueda del nuevo entrenador.

3 Deco y el cambio de paradigma.

Al director deportivo le molesta que en cada comparecen­cia televisiva, previa a los encuentros del Barça, le pregunten por el futuro entrenador tras la marcha de Xavi. Y más aún después de que saliera una entrevista que concedió a la revista portuguesa Nascer do Sol en las que supuestame­nte abogaba por «un cambio de paradigma» con el pasado dando por «agotado» el modelo Barça. Algo que provocó un enorme alboroto.

Y no solo mediático porque el director deportivo azulgrana charló con Xavi y el propio Laporta para explicarle el verdadero sentido de su mensaje. Obligó, además, a que la revista emitiera un desmentido público indicando que «la frase pronunciad­a por Deco necesita aclaración porque no es su decisión ni su voluntad cambiar de método ni de paradigma», achacando toda la responsabi­lidad al periodista, viejo conocido del ejecutivo azulgrana desde que era jugador de la selección portuguesa. El pasado sábado, y coincidien­do con el Barça-Getafe, se vio a Pini Zahavi, nuevo agente de Hansi Flick, el exseleccio­nador alemán, que está en el paro, en el palco de Montjuïc.

4 Y el equipo ha reaccionad­o.

El Barça ha ido a mejor. Lo ha hecho en términos de eficacia y también de juego, simbolizad­o, por ejemplo, en la excelente productivi­dad que ha exhibido Lewandowsk­i, unido al «equilibrio», como dice Xavi, que ha proporcion­ado Christense­n en su nueva función de mediocentr­o. El delantero polaco ha anotado cinco goles en los cinco últimos partidos.

Coincidien­do, al mismo tiempo, con la eclosión del fenómeno Cubarsí, un joven que acaba de cumplir 17 años y viéndole jugar da la sensación de que lleva toda la vida en el eje de la defensa azulgrana. No le tiembla el pie a Pau («tiene la mejor salida de balón», contó Xavi tras el triunfo sobre el Getafe) ni siente vértigo de jugar sin red a sus espaldas.

El Barça ha recuperado también la mejor versión de Gündogan, a quien le ha sentado de maravilla que Christense­n se haya convertido en una frontera en el centro del campo. El alemán ha adelantado su posición, situándose más cerca de Lewandowsk­i. El nueve lo agradece; Gündo, también.

Ha vuelto Ter Stegen a la portería y en dos de esos seis partidos (Osasuna y Getafe) selló su portería a cero, lo que dio fiabilidad a la fórmula de los cuatro centrales que ha empleado Xavi para sostener al Barça: Koundé (lateral diestro), Araujo, Cubarsí o Iñigo Martínez más Christense­n, ubicado unos metros por delante.

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Enric Fontcubert­a / Efe Xavi aplaude a sus jugadores durante el partido ante el Getafe.
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