Duelo en la frontera sur
Los dos probables rivales en las elecciones presidenciales de noviembre, Biden y Trump, viajan a Texas con sendas agendas que subrayan el papel central de la inmigración en los comicios.
No hay un tema que pese más en los índices de desaprobación de Joe Biden que la gestión de la inmigración, disparada durante su mandato con cifras históricas de cruces por la frontera sur, donde en dos años consecutivos se registraron dos millones de detenciones de inmigrantes sin documentos. No hay un tema que los republicanos usen más que la inmigración para atacar al demócrata y que Donald Trump busque hacer más central en su campaña para intentar volver a la presidencia de Estados Unidos.
La inmigración es también el tema que los estadounidenses consideran como el problema más importante del país, según un sondeo publicado esta misma semana por Gallup. Y eso explica que los dos probables rivales en las elecciones presidenciales de noviembre escenificaran ayer en Texas su duelo sobre la cuestión.
Para Biden se trató solo del segundo viaje a la frontera sur, tras uno que realizó en enero de 2023 a El Paso. No es casual que esta vez eligiera como destino Brownsville, una de las ciudades en el sector de
Río Grande, donde los cruces han caído un 90% desde su primer verano en el Despacho Oval.
Como en el viaje del año pasado, el presidente se reunió con agentes de la Patrulla Fronteriza, otras fuerzas del orden que trabajan en inmigración y cargos políticos locales. Como se anticipaba, el presidente no hizo ningún anuncio sobre una acción ejecutiva que, según se ha filtrado, está estudiando para desanimar a los migrantes a llegar a EEUU. En ese plan, cuestionado desde el ala progresista y por activistas, entraría impedir que soliciten asilo quienes han cruzado la frontera ilegalmente. Trump trató de implementar una medida similar y fue frenado por los tribunales.
«EEUU está sobrepasada por el crimen inmigrante de Biden», denunció el republicano
Un sistema migratorio «roto»
Con lo que Biden llegaba armado es con la denuncia de que son los republicanos quienes están impidiendo avances y mejoras en un sistema migratorio que reconoce «roto» al haber frenado en el Congreso un plan bipartidista. Ese proyecto habría invertido más de 20.000 millones de dólares en reformas y en reforzar la seguridad fronteriza y el sistema judicial de inmigración.
A 520 kilómetros de allí, en Eagle Pass, estaba Trump. El expresidente y favorito republicano también había elegido con intención su destino. Esta ciudad de menos de 30.000 habitantes (frente a los 200.000 de Brownsville) está en Del Río, el sector de los nueve en que se divide la frontera donde hubo más cruces en 2023. Solo en diciembre se produjeron 71.000 detenciones. Pero Eagle Pass es también la línea de frente en la operación Lone Star, la guerra que el gobernador republicano
Greg Abbott abrió tras la llegada de Biden al poder contra el Gobierno federal para tomar el control de la política migratoria.
Trump dio un paseo por la zona junto a Abbott y representantes de la Guardia Nacional y otras fuerzas del orden. Luego hizo una intervención, en la que además de aplaudir la operación del gobernador subrayó crímenes cometidos por inmigrantes, que atribibuyó a Biden. «EEUU está sobrepasada por el crimen inmigrante Biden», dijo. El expresidente también habló de «invasión» y fue más allá, asegurando a los presentes: «Estáis en una guerra».
■