El enviado de China regresa a Kiev y Moscú para mediar en el conflicto
▶ Pekín promociona el viaje, que incluirá visitas a Bruselas, París, Berlín y Varsovia, como un intento de hallar una «solución política»
Es el segundo intento de lo que China llama «diplomacia itinerante»: una ronda por las principales capitales involucradas en la guerra de Ucrania para intentar detenerla.
Li Hui, enviado especial para Eurasia, emprende hoy un periplo por Kiev, Moscú y Bruselas al que los expertos no le conceden excesivas posibilidades de éxito. También pasará por Francia, Alemania y Polonia, en orden y fechas aún desconocidas.
Desde Pekín se promocionó durante toda la semana esta nueva oportunidad para conseguir «una solución política» como otra evidencia de su rol de mediador. «En los últimos dos años no hemos dejado de esforzarnos en promover la paz y las conversaciones», dijo el jueves la portavoz del Ministerio de Exteriores, Mao Ning. «Todo lo que hemos hecho tiene un solo objetivo, que es construir un consenso para acabar con la guerra y pavimentar el camino hacia la paz (…). Continuaremos en nuestro papel, con diplomacias itinerantes, levantando consensos y contribuyendo con la sabiduría china», continuó.
Escenificación
Es improbable que Li lo consiga. Incluso el mediador más terco y diestro fracasará si las partes están aún ocupadas en zurrarse para solidificar sus pretensiones en el campo de batalla. El conflicto carece de final a la vista, cuando ha entrado ya en su tercer año y suma decenas de miles de muertos. A Ucrania se le amontonan las malas noticias: ha perdido recientemente enclaves estratégicos como Avdiivka, apenas ha recibido un tercio de las municiones prometidas por la Unión Europea y teme que desfallezca el compromiso de Estados Unidos. Rusia no padece aún el derrumbe económico que había pronosticado Occidente con sus sanciones, gracias a sus relaciones con el Sur Global. Ni una ni otra han mostrado interés por sentarse a hablar.
Digerido el previsible fracaso, caben las especulaciones sobre las razones de la iniciativa china. La escenificación de sus esfuerzos no es descartable. China recordaba esta semana que no se ha «sentado tranquilamente» y mucho menos se ha lucrado de la guerra, en alusión poco sutil a EEUU y su suministro energético a Europa. Tampoco es inverosímil que forme parte de su campaña para reparar las relaciones con Bruselas que la guerra ha estropeado.
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