La acción de uno solo no basta
Gastar menos agua es algo que todos podemos intentar, de acuerdo a nuestra consciencia y responsabilidad. En mi opinión, hay una labor pedagógica que no veo y podría hacerse a través de la televisión, aunque solo afectaría a los que vemos tele. Para los jóvenes, habría que usar más las TIC. Por fin, he visto un hotel que invita a ducharse en el tiempo que dura una canción. Bienvenido sea cualquier modelo positivo. Recuerdo cuando Raimon decía «al meu país la pluja no sap ploure» , pero eso es para los convencidos.
Sé que la acción individual no es suficiente. En Catalunya hay grandes averías en la red de distribución por donde se pierden millones de litros y los gobernantes tienen que solucionarlo, porque sino no tienen autoridad moral para exigirnos ahorrar. También en el campo se necesita regar, pero de forma eficiente. En el canal d’ Urgell he visto regar inundando el campo, como en los años 50. La factura subirá muy pronto, pero si no hacemos pedagogía hay personas que prefieren gastar aunque paguen. Yo sé leer cuánta agua gasto por la factura: 13 metros cúbicos por 1.000 son 13.000 litros en tres meses, y dividiendo los litros mensuales entre 30 días, sale el consumo diario. He conseguido reducir poniendo aireadores en los grifos; duchas de cinco minutos escasos; cerrando el grifo para enjabonarme; con un sensor táctil en la cisterna; reutilizando el agua de lavar verduras para regar plantas.
Gastar menos agua es una decisión personal, pero podemos educar a nuestros hijos y nietos en la responsabilidad. Los poderes públicos deben dar ejemplo.
■ sociales. En Barcelona, por ejemplo, miles de personas viven en la calle. Resumiendo, en los dos primeros servicios, mal del todo no estamos. En el tema de la vivienda sí, muy mal.
Y pensando en la vivienda, ese derecho que se tiene y no se tiene, hago una aportación concreta: desde hace un par de meses, un indigente se refugia en un portal de mi calle. Los propietarios han puesto una segunda puerta para impedir que ocupe la entrada. Digo esto porque ya perdieron los cajeros de los bancos y están perdiendo las entradas de los edificios. Se les quiere poco. La administración debería hacer algo. Ellos necesitan un refugio.
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