El club de la alcachofa
Jordi Ametller. «DEPORTE DE EQUIPO»
Jordi Ametller parte en dos una alcachofa y, aunque está al aire libre, en pleno parque agrario del Baix Llobregat, un fuerte aroma inunda las papilas olfativas. «Se encuentra en su justo punto. Esta alcachofa habría podido estar dentro de tres días en casa del consumidor», explica el productor y empresario, cofundador con su hermano de Ametller Origen. Ha sido el promotor de lo que él define como «un club de 12 agricultores, de distintos tamaños y localizados en distintos puntos del litoral mediterráneo, que cultivan el mismo producto, con la misma semilla, pero que realizan la cosecha en distintos momentos de la temporada». De este modo, empezando por las fincas situadas más al sur, en Vinaròs (Castellón), hasta el delta del Llobregat pasando por el Baix Ebre y por el Baix Camp, «en una línea de 250 kilómetros», se consigue una producción de entre 1,5 y 1,8 millones de kilos de esta hortaliza, «que se recoge del 15 de noviembre al 15 de mayo», señala.
«Ser payés se está convirtiendo, cada vez más, en un deporte de equipo, porque en las condiciones actuales ya no da para jugar solo el partido», reflexiona el cofundador, junto a su hermano Josep. A diferencia de las organizaciones de productores de frutas y hortalizas (OPFH), un modelo de agrupación de productores regulado por el Ministerio de Agricultura, en este proyecto, bautizado como Carxofans, existe un único comprador del producto: el propio Ametller Origen, que suma, a las que recoge en los campos de su propiedad, las alcachofas que le proporcionan el resto de socios de este club. «Nos garantizamos un volumen estable de producto, algo imprescindible para nuestro negocio como distribuidores, y los payeses tienen un canal de venta asegurado», asegura.
■