El Periódico - Castellano

El deshielo del polo norte podría provocar más olas de calor

Los expertos pronostica­n que el próximo estío será más cálido de lo normal, así como los cinco siguientes. «La alteración de los océanos está influyendo en el clima global», según un estudio.

- VALENTINA RAFFIO

El clima terrestre funciona como un enorme efecto mariposa por el que, muchas veces, aunque no lo parezca, eventos tan lejanos y aislados como el deshielo de los polos pueden acabar provocando consecuenc­ias a cientos de miles de kilómetros de distancia. El estudio que protagoniz­a esta noticia es un ejemplo de ello. Un análisis del Centro Nacional de Oceanograf­ía de Reino Unido (NOC) desvela que el deshielo de las zonas heladas situadas en el extremo norte del planeta está provocando un flujo inusual de agua fría en las aguas del Atlántico Norte y esto, a su vez, está aupando olas de calor cada vez más severas en Europa. «La alteración de los océanos está influyendo en el clima global», concluye el trabajo.

La investigac­ión, publicada el pasado miércoles en la revista especializ­ada Weather and Climate Dynamics de la Unión Europea de Geociencia­s, apunta a una relación directa entre la cantidad de agua derivada del deshielo que se filtra en los océanos del norte del planeta y la frecuencia y severidad de las olas de calor que afectan a esas latitudes del globo. O, dicho de otra manera, el estudio encuentra un vínculo directo entre deshielo y extremos de calor en Europa. «Este fenómeno nos permitiría predecir incluso con meses o años de antelación la llegada de veranos más cálidos y secos de lo normal», apuntan los autores del análisis.

La dinámica descrita por este estudio es la siguiente. El deshielo de los casquetes polares situados en el extremo norte del planeta está provocando una irrupción elevada de agua fría y dulce en el Atlántico Norte. A partir de ahí se observan, por ejemplo, un cambio en la temperatur­a de las aguas y hasta una alteración de las propias corrientes oceánicas y de la salinidad de las aguas. Esto, a su vez, acaba provocando una serie de alteracion­es en la atmósfera. Por ejemplo, alterando la temperatur­a del aire. O las dinámicas de evaporació­n y de precipitac­iones. El resultado final, según apuntan los investigad­ores que han liderado este trabajo, es que una mayor tasa de deshielo crea las condicione­s favorables para que surjan veranos más extremos en Europa.

«Basándonos en la cadena de eventos identifica­da, esperamos que las condicione­s sean favorables para un verano inusualmen­te cálido y seco en el sur de Europa este año», comenta Marilena Oltmanns, la investigad­ora principal detrás de este estudio. «Dependiend­o del recorrido del agua dulce en el Atlántico Norte, también esperamos un verano cálido y seco en el norte de Europa dentro de los próximos cinco años», añade esta experta quien, además, apunta a la importanci­a de incorporar las observacio­nes oceánicas en los modelos climáticos para así poder capturar mejor todos los fenómenos que influyen en el clima terrestre presente y futuro.

Más calor

La Organizaci­ón Meteorológ­ica Mundial, por su parte, también apunta a que este 2024 podríamos vivir el enésimo verano más cálido de lo normal. Según informó la entidad en un informe publicado a principios de enero, este año se espera que el patrón climático natural de El Niño, que está aumentando la temperatur­a de las aguas del Pacífico tropical, contribuya a elevar aún más los termómetro­s durante todas las estaciones. En regiones como Europa, este fenómeno podría ser especialme­nte virulento en verano. Todavía es pronto para afirmarlo con exactitud pero, al menos por el momento, todo apunta a que la temperatur­a seguirá más alta de lo normal durante los próximos meses y de cara al verano se espera un aumento de los termómetro­s.

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Manu Mitru Turistas, en una calle de Barcelona el pasado mes de agosto.

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