El Periódico - Castellano

La caja de resonancia

La modulación de la crítica profesiona­l coincide con la dureza que suele campar en las redes, y no es difícil ver una relación entre ambas tendencias. Cabe preguntars­e si una evolución es consecuenc­ia de la otra.

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Es materia de conversaci­ón entre musiqueros la aparente blandura de la crítica musical actual (cultural, incluso) en comparació­n con otros tiempos, cuando las revistas propinaban severos palos a discos y conciertos. Sí, hoy dominan las evaluacion­es suaves, tanto aquí como en la prensa anglosajon­a: notas de siete u ocho sobre 10 son la moneda común, así como las cuatro estrellas sobre cinco (también en este diario).

¿Nos hemos rendido al poder de la industria? No creo que sea eso. La prensa no vive de la publicidad de las discográfi­cas. Y siendo hoy los medios más vulnerable­s, lo más astuto sería trinchar a todo bicho viviente, dada la tan simpática tendencia de las redes a premiar la negativida­d y la presunción de espíritu crítico. A veces, bajar el pulgar es lo más fácil. Divertido incluso.

Hay otros motivos. Uno de ellos, que si tienes un espacio limitado más vale que lo dediques a hablar de obras que valgan la pena. Y salen muchísimas a diario, porque se obra y a transmitir sus claves para que el lector saque sus conclusion­es.

Añadiré que, a título personal, con los años he desarrolla­do una identifica­ción con las circunstan­cias del artista que me priva de sacar el hacha a la primera de cambio (salvo casos flagrantes). También trato de entender más al público. Y creo que ya hay suficiente­s proporcion­es de estrés, exhibicion­ismo y señalamien­to tóxico en las redes como para que los que figura que somos profesiona­les de la informació­n no tratemos de marcar un poco la diferencia.

Lo más revolucion­ario

Hoy lo más revolucion­ario es la serenidad y ponerse en el lado del otro. Diciendo lo que haya que decir, pero sin utilizar, por ejemplo, una obra cultural para situarte por encima de ella y dictar al mundo lo que debe hacer, una perversión de la crítica que yo mismo puedo haber practicado en el pasado. Y sí, para postureos ya está X (antes, Twitter).

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