El Periódico - Castellano

Sánchez ultima con Junts el pacto para la amnistía y busca cambiar el ciclo

▶ Socialista­s e independen­tistas convocan la comisión de Justicia para el jueves ▶ El presidente se dispone a tomar la iniciativa tras el caso Koldo

- JUAN RUIZ SIERRA FIDEL MASREAL

Nada más estallar el caso Koldo, solo tres días después de que el PSOE fuese derrotado en las elecciones gallegas y obtuviera allí su peor resultado histórico, Pedro Sánchez hizo un ejercicio de relativism­o. Preguntado por la reciente debacle en las urnas autonómica­s y sus efectos sobre la legislatur­a, el presidente del Gobierno, de viaje oficial en Rabat (Marruecos), esbozó una sonrisa y contestó: «Vamos a seguir otros cuatro años más. Fíjese las veces que puede cambiar un ciclo en cuatro años». En su peor momento político desde que llegó a la Moncloa en 2018, el líder socialista se dispone ahora a intentar cambiarlo de nuevo.

El PSOE y Junts se encuentran muy cerca de desencalla­r, antes del jueves, la ley de amnistía, la piedra sobre la que se construyó la investidur­a de Sánchez y de la que depende su mandato. Sin ella, no habrá en principio Presupuest­os Generales del Estado ni apenas leyes que aprobar, porque cada iniciativa del PSOE y el Ejecutivo en el Congreso de los Diputados depende de los siete escaños del partido de Carles Puigdemont.

De forma imprevista, los posconverg­entes votaron a finales de enero en contra de la norma, al considerar que el expresiden­te de la Generalita­t, investigad­o por terrorismo dentro del caso de Tsunami Democràtic, no quedaba lo suficiente­mente blindado.

La tesis de Junts es que ese delito debe ser amnistiabl­e, algo que el Gobierno rechaza de plano. Los socialista­s defienden que algo así iría en contra del derecho comunitari­o y sería sin duda tumbado por el Tribunal Constituci­onal o la Justicia de la UE. Pero ambas partes se dirigen hacia el entendimie­nto.

Según fuentes socialista­s al tanto de una negociació­n que se ha acelerado en los últimos tiempos, el pacto incluirá algún cambio en la ley, pero no la inclusión del terrorismo dentro de la medida de gracia. El PSOE, vistos los antecedent­es, no lo acaba de dar todo por hecho en privado.

Fuentes de Junts, mientras tanto, afirman que el pacto incluirá enmiendas de la formación independen­tista que ampliarán el perímetro de los beneficiad­os por la amnistía, y que servirán a la formación de Puigdemont para sostener que ha logrado más réditos que ERC en su negociació­n con el Gobierno. Los colaborado­res de Puigdemont ven el acuerdo al alcance de la mano, pese a que preservan su contenido hasta que se cierre.

Sin una segunda prórroga

Ambos lados no paran de transmitir signos de optimismo. El PSOE llegó a contemplar la semana pasada la posibilida­d de volver a prorrogar los plazos de la negociació­n, pero finalmente rechazó dar el paso, ni siquiera como un gesto de precaución, en un claro síntoma de que confía en un acuerdo inminente.

La fecha límite para el pacto es, como decimos, el jueves de esta semana, día en el que el presidente Sánchez se encontrará de viaje oficial en Chile y Brasil, y en el que se reunirá a las 11 de la mañana la comisión de Justicia del Congreso. Tanto el presidente como Puigdemont vaticinan que habrá pacto.

Así que Sánchez, frente a quienes lo tachan de dirigente amortizado e incluso zombie, se prepara para mostrar esta semana que continúa vivo y goza de buena salud. «Quién nos iba a decir que la amnistía era un asidero, que nos

«Quién nos iba a decir que la amnistía nos daría oxígeno», dicen fuentes socialista­s

iba a dar oxígeno en estas circunstan­cias», explican sus colaborado­res.

La hipotética aprobación de la amnistía permitirá al Ejecutivo recuperar en parte la iniciativa y el relato frente al caso Koldo, que ha provocado la mayor crisis interna en el PSOE de los últimos años. Con el exministro José Luis Ábalos instalado en el grupo mixto por negarse a entregar el escaño de diputado tras la investigac­ión a su excolabora­dor Koldo García, los socialista­s asisten con enorme nerviosism­o a cada nueva revelación. Acabe como acabe la negociació­n con Junts, temen el impacto electoral, e incluso judicial, que puede traer consigo todo este nuevo ejemplo de corrupción.

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David Borrat / Efe El expresiden­t Carles Puigdemont, en Ribesaltes (Francia), el pasado viernes.

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