La tortura interminable de Pedri
En Bilbao, Xavi se quedó sin el centrocampista canario, que sufrió su octava lesión muscular en los dos últimos años y medio. Padece una rotura en el «recto femoral de la pierna derecha», el tercer percance en esta misma temporada.
Se lesionó Pedri solo. Como tantas veces. En una jugada intrascendente. Solo caía. Solo lloraba sobre el césped de San Mamés, consciente de que su cuerpo se había quebrado. Sabía mejor que nadie que sus músculos se habían rasgado de nuevo. Y ya van ocho lesiones musculares (tres esta temporada) en dos años, cinco meses y tres días, por lo que se perderá la decisiva cita de la Champions con el Nápoles del 12 de marzo en Montjuïc.
Pedri estaba desconsolado y hasta superado. El joven que había iluminado al Barça de Koeman, capaz de hacer sonreír al Messi del burofax a Bartomeu exigiendo su salida del Camp Nou, acumula lesión tras lesión, hasta convertirse en un inquilino habitual de la enfermería, sin atisbar una salida a ese envenenado laberinto, que le ha tenido ya 401 días de baja.
«Serán lágrimas de felicidad»
«Es duro parar y volver a empezar después de todo el esfuerzo y trabajo que hay detrás. Aun así, no duden de que las lágrimas de impotencia de ayer volverán a ser de felicidad muy pronto», escribió Pedri en las redes sociales, donde agradeció «todo el cariño que me han hecho llegar» los aficionados y todos sus allegados. «Hay que mirar hacia adelante. Nos quedan muchas alegrías por compartir», anunciaba, desconociendo cuánto tiempo estará ausente.
«Serán partidos», aventuraba Xavi. No lo sabe nadie. «Las pruebas realizadas han confirmado que padece una lesión en el recto femoral de la pierna derecha», indicó el club azulgrana en el comunicado donde no se revela el tiempo de baja, que queda pendiente de la evolución que experimente el jugador. Poco importa que Pedri haya cambiado su plan de trabajo. Ni que se ponga en manos de los mejores especialistas o que Xavi, tan abatido como él, consciente de lo que representa su ausencia, lo haya dosificado en la carga de trabajo. Ni tampoco es importante el plan de prevención diseñado por médicos y preparadores físicos. Un plan que está resultando estéril.
«Pedri estaba muy bien, había entrenado muy bien esta semana», dijo Xavi tras ver cómo el canario volvía a romperse. «Es una lástima. Hacemos una planificación para evitar, precisamente, estas lesiones, que por desgracia nos están llegando», reconoció el entrenador, indicando que repartía minutos en esa tarea de prevención. Pero ni así.
Cambios en su rutina
De momento, deberá estar un mínimo de mes y medio de baja, aunque nadie se atreve a poner plazos. El drama no se detiene, por mucho que Pedri haya modificado su rutina diaria, introduciendo la práctica de Pilates en los últimos meses, además de fortalecer su físico para abandonar ese aire desgarbado y enclenque que le caracterizaba.
Hasta había vigilado y modificado su nutrición. Pedri sostenía que cuando pisaba el césped no pensaba en las lesiones. No hace falta. Las lesiones no dejan de pensar en él hasta atormentarlo de tal manera que Pedri ya no parece Pedri. Menos mágico -cuidaba con delicado tacto cualquier movimiento brusco evitando usar en demasía la pierna derecha- y más vulnerable, al sentirse incluso desprotegido por esos músculos frágiles, como si acusara aún (y hace ya tres años) aquel extenuante primer curso en la élite con el que asombró al mundo.
«Hay que darle cariño para que se recupere bien. Animarle y estar a su lado. Pedri ha hecho todo para recuperarse y estar bien. Hemos cuidado todos los detalles y vuelve a pasar. Debemos volver a hacerlo, quizá poniendo más de nuestra parte para ayudarle a que no se vuelva a lesionar. Son situaciones del fútbol y volverá más fuerte, seguro», dijo Xavi, intentando recuperar aquel Pedri que fue.
Era el guía del Barça de Koeman, estrella de la rejuvenecida España de Luis Enrique (fue elegido el me
jor jugador joven de la Eurocopa 2021) y líder de la olímpica España de Luis de la Fuente, que besó la medalla de plata en Tokio tras perder con Brasil. Lo jugaba todo Pedri, encadenando una irrupción asombrosa en el Barça –venía para el filial y sedujo a Koeman desde el primer día- con Eurocopa y JJOO en un mismo verano.
Al volver a Barcelona empezó a vivir un calvario por el inacabable catálogo de lesiones que ha borrado la sonrisa a un joven de 21 años. El domingo lloraba en San Mamés, pero todo había arrancado en septiembre 2021, cuando se lesionó en el cuadríceps de la pierna izquierda ante el Bayern Múnich en la Champions. Ahora es en su pierna derecha donde se reproducen las roturas musculares –tres en seis meses de competición– dejando cicatrices que no se cierran nunca. Cicatrices en lo físico y, sobre todo, en lo emocional.
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