Suecia entra en la OTAN y amplía el músculo aliado en el Báltico
En unos días la bandera de Suecia ondeará finalmente –la ceremonia de izado está prevista para el lunes– en el cuartel general de la Alianza Atlántica, en Bruselas. El secretario general de la organización, Jens Stoltenberg, informó ayer al primer ministro sueco, Ulf Kristersson, que «todos los Estados miembros de la OTAN», incluida Hungría, han aceptado el protocolo de adhesión por lo que Suecia tiene el camino despejado para convertirse en el 32º país aliado.
«El 7 de marzo de 2024 las condiciones para la entrada en vigor fijadas en el artículo II del protocolo del Tratado del Atlántico Norte sobre la adhesión del Reino de Suecia se han cumplido», informó la secretaría de Estado de EEUU sobre un paso crucial. Y es que una vez que los países ratifican la adhesión es necesario depositar los instrumentos ante el departamento de Estado del Gobierno estadounidense.
El Gobierno sueco solicitó el ingreso en la OTAN el 18 de mayo de 2022, al mismo tiempo que Finlandia. Una decisión provocada por la creciente inquietud de ambos países a raíz de la invasión rusa de Ucrania y las continuas amenazas de Vladímir Putin. No obstante, tuvieron que lidiar con las reticencias de Hungría y Turquía, que durante meses bloquearon la incorporación, en el caso turco por las dudas en cuanto a la cooperación en materia antiterroristas de Estocolmo y Helsinki.
Larga negociación
Finalmente, ambos países levantaron su veto a Finlandia en abril de 2023, permitiendo su ingreso en la organización, pero quedó pendiente el visto bueno a Suecia que ha requerido de mucha diplomacia y negociaciones a varias bandas. Hasta el punto de que el Parlamento turco tardó 20 meses en dar su aprobación por las dudas del Gobierno de Erdogan que consideraba que Suecia no hacía lo suficiente el PKK y el terrorismo. Algo más ha tardado Hungría, cuyo parlamento no terminó por despejar el camino hasta el pasado 26 de febrero.
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