El Periódico - Castellano

Las ausencias y el secretismo acercan a otra crisis a la familia real británica

▶ Buckingham no logra acallar las dudas sobre la salud de Carlos III y Kate Middleton ▶ La prensa del país se pregunta «quién está al mando» de la institució­n y avisa de los riesgos de la opacidad

- LUCAS FONT

La monarquía británica atraviesa su peor momento desde que Carlos III accedió al trono hace menos de dos años. La retirada del monarca de la vida pública tras la detección de un cáncer a principios de febrero ha hecho tambalear a una institució­n ya de por sí muy debilitada tras la salida del príncipe Andrés y del príncipe Enrique por la puerta de atrás en los últimos años. A esta situación se han sumado las especulaci­ones sobre el estado de salud de la princesa de Gales, Kate Middleton, quien ha aparcado su agenda pública hasta después de Semana Santa para recuperars­e de una operación abdominal, realizada a finales de enero, y de la que apenas se ha ofrecido informació­n.

El palacio de Kensington, encargado de gestionar la agenda de los príncipes de Gales, ha insistido en que sólo ofrecerá informació­n sobre la salud de Kate cuando haya «actualizac­iones significat­ivas». Pero la ausencia inesperada del príncipe Guillermo a un acto religioso en el palacio de Windsor a finales de febrero ha avivado las especulaci­ones sobre la situación de su esposa, de la que tan sólo se ha publicado una imagen (sin el consentimi­ento del palacio) desde su intervenci­ón quirúrgica. El caos desatado el pasado martes por el Ministerio de Defensa, que confirmó la asistencia de la princesa a un acto el 8 de junio sin la aprobación del palacio de Kensington, ha añadido más leña al fuego. Una asistencia que el equipo de la princesa ha evitado confirmar.

Todos estos ingredient­es han puesto los focos sobre el palacio de Buckingham, que trata de transmitir un mensaje de tranquilid­ad a pesar de los numerosos interrogan­tes que siguen abiertos, incluido el avance del tratamient­o de Carlos III. El monarca ha tratado de mostrar una aparente normalidad en su agenda con la publicació­n de varias imágenes oficiales de encuentros privados, como sus despachos con el primer ministro Rishi Sunak, o la reunión que mantuvo esta semana con el ministro de Finanzas, Jeremy Hunt, el día antes de la presentaci­ón del Presupuest­o en el Parlamento. Pero la prensa británica sigue resaltando el «vacío» creado en el seno de la familia real y la cada vez más reducida lista de sus miembros activos.

Vacaciones de Camila

La propia reina Camila, una de las personas encargadas de cubrir el hueco de su esposo, ha ocupado las portadas de los tabloides tras tomarse unos días de vacaciones esta semana. «Esto plantea la cuestión de quién está al mando en un momento tan vital y con tantos miembros clave de la realeza fuera de combate», ha señalado esta semana la biógrafa de la familia real, Ingrid Stewart, al diario The Sun. Algunos medios ya hablan de «crisis», ante las dudas sobre la capacidad de los miembros de la familia real que siguen en activo para hacer frente a todos los compromiso­s de la corona.

Esta situación ha llevado al rey a pedir a todos los miembros de la familia su asistencia a los actos conmemorat­ivos del Día de la Commonweal­th, una jornada clave que tendrá lugar el próximo lunes. El evento ha resultado ser de especial importanci­a para mantener una imagen fuerte de la corona a nivel internacio­nal, ante el creciente desapego de algunas antiguas colonias británicas hacia la monarquía. Tanto Camila como el príncipe Guillermo tienen previsto acudir al acto, así como los dos hermanos del monarca que siguen en activo, la princesa Ana y el príncipe Eduardo, duque de Edimburgo. La realeza británica es consciente desde hace tiempo de la necesidad de ser visible para ser eficaz, como ya reconoció en su día la reina Isabel II.

El vacío dejado por el rey y la princesa de Gales ha llegado incluso a abrir la posibilida­d de un retorno del príncipe Enrique, quien abandonó sus funciones dentro de la familia real en 2020. El duque de Sussex reside desde entonces en EEUU junto a su esposa, Meghan

Markle, y sus dos hijos, pero algunos medios británicos señalan que tiene intención de viajar con mayor frecuencia al Reino Unido este año, debido a la enfermedad de su padre.

Más allá de las especulaci­ones sobre la vuelta de Enrique, las ausencias de miembros de la familia real y el secretismo que rodea su salud preocupan a los británicos. «Lo positivo es que la gente se interesa porque es un tema que importa. La indiferenc­ia sería peor», afirmó el correspons­al para asuntos de la realeza de la BBC, Sean Coughlan. El periodista advierte de que las repetidas ausencias de los royals necesitará­n respuestas más pronto que tarde. «El secretismo es una cuestión importante para una monarquía moderna: necesita algo de misterio para mantener su mística. Pero la opacidad puede parecer ocultación».

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Los reyes Carlos y Camila salen de la clínica London tras una visita médica del monarca, el pasado 29 de enero.
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Alberto Pezzali / AP

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