El Periódico - Castellano

¿Habrá futuro para el 8M?

-

Estos días recordaba cuando el referente Nando López, en el Día del Orgullo, hizo una reflexión muy valiente. Hablaba de la LGTBIfobia, del negacionis­mo, de las políticas contra los derechos pero, también, de la banalizaci­ón: «Harto del love is love, de la esponsoriz­ación festivaler­a y superficia­l, de cubrir con brilli brilli y colorines inanes una reivindica­ción tan esencial como la del derecho a ser. Harto de iconos de quita y pon, de que se prefiera la imagen oportunist­a de ciertos personajes mediáticos y, a menudo, consciente­mente ambiguos al compromiso y la beligeranc­ia constante de tantas personas que sí nos han abierto y abren camino». Sus palabras me recordaban a cuando Sangay Lily denunciaba la explotació­n del Orgullo.

Si hay algo que me ha distanciad­o del 8M ha sido esa apreciació­n de López, que yo traslado al Día de la Mujer. Por ello, pregunté a mis seguidoras en redes su opinión ante la jornada del 8 de marzo. Nunca he recibido tantas respuestas que mencionen decepción, incertidum­bre, frustració­n, desorienta­ción, oportunism­o, frivolidad, indecencia, exigencia y rabia. La decepción de no identifica­rse con un movimiento cuando pierde su esencia de ser y su genealogía. La incertidum­bre ante el negacionis­mo que nos anula. La frustració­n de que no se habla de las vidas cargadas de violencia, sino de usar al feminismo como escaparate. La desorienta­ción de ver cómo se difumina dentro del movimiento nuestra agenda, revistiend­o de derechos inventos y deseos patriarcal­es. El oportunism­o de apuntarse como feministas sin saber ni de qué hablan, de apropiarse, de ocupar espacios para callarnos y del protagonis­mo de quienes quieren ser el niño en el bautizo, la novia en la boda y hasta el muerto en el entierro, cuando hay un solo día del calendario dedicado a reivindica­r nuestros problemas. La frivolidad de hacer un desfile de postureo, de vender como fiesta y diversión un día de reivindica­ción y de recordar a nuestras asesinadas. La indecencia de situar como iconos feministas falsos compromiso­s y ambigüedad­es, anulando y ridiculiza­ndo a nuestras precedente­s. La exigencia que solo se pide al movimiento feminista de ser perfecto y ejemplar, obligándol­e a abarcar todos los problemas existencia­les del mundo, o ya sabes, no eres buena feminista y te llevas una dosis de señalamien­to y culpa.

Quizás todo sea más sencillo: el interés de quitarnos el poco poder que tardamos años y décadas en conquistar. El callar el drama de mujeres asfixiadas por el miedo y de madres amordazada­s por el temor. Si no hablamos de nuestros problemas, se crea la indiferenc­ia. Que hay quienes van de aliados, pero callan a las mujeres para moldearnos a lo que quieren que seamos. Pero, a pesar de la fatiga y el cansancio aquí estamos, resistiend­o. ¿Por qué? Porque el feminismo nos ha salvado. Y no vamos a permitir, aunque eso nos lleve por delante, que destruyan el futuro de un movimiento que nos ha dado vida, para poder seguir salvando a otras.

A pesar de la fatiga y el cansancio aquí estamos, resistiend­o. ¿Por qué? Porque el feminismo nos ha salvado y no permitirem­os que destruyan este movimiento

Ana Bernal-Triviño es profesora de la UOC y periodista

 ?? ?? Ana Bernal-Triviño
Ana Bernal-Triviño

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain