El Periódico - Castellano

El Gobierno reactiva la ley de trata y amplía la protección

Interior introduce cambios en el sistema VioGén para restringir la posibilida­d de que un caso quede inactivo y las mujeres pierdan la supervisió­n policial. Más informació­n en:

- PATRICIA MARTÍN

El Gobierno celebró ayer un Consejo de Ministros extraordin­ario en el que aprobó varias medidas destinadas a avanzar en igualdad y a reforzar la protección de las víctimas de las violencias machistas. A este respecto, el Ejecutivo recuperó el anteproyec­to de ley contra la trata y la explotació­n de seres humanos, que decayó en la anterior legislatur­a con la convocator­ia electoral.

Se trata de un ámbito complejo y con ramificaci­ones internacio­nales, de ahí las dificultad­es que han impedido que, por el momento, la norma vea la luz. Una de las trabas tiene que ver con el miedo que tienen las víctimas a denunciar a sus captores o tratantes que, a menudo, o bien las mantiene retenidas y sin posibilida­d de escapar o bien amenazan a sus familiares si huyen.

Por ello, el anteproyec­to prevé la protección de las víctimas «desde el primer momento» y sin necesidad de que interponga­n una denuncia, según destacó la ministra de Igualdad, Ana Redondo. En concreto, se les facilitará un permiso provisiona­l de residencia y trabajo, no se les expulsará de España y tendrán acceso a varios derechos, como el ingreso mínimo vital o el acceso prioritari­o a vivienda pública o asistencia letrada, detalló Redondo.

«Una vez se libere a las víctimas, se les dará una acreditaci­ón provisiona­l que permitirá un permiso de residencia y trabajo desde el primer momento, es una de las cuestiones más relevantes de la ley [...] porque sabemos que el problema está en el terror que tienen muchas mujeres a denunciar», continuó la ministra.

La ley, que no tiene un «carácter punitivist­a» y sí de «prevención, sensibiliz­ación y protección», actúa contra todas las formas de trata, con fines de explotació­n sexual pero también vinculados al mundo laboral, al comercio de órganos o al matrimonio. El texto también incluye un régimen de ayudas económicas para las víctimas y sus hijos o dependient­es a su cargo.

El anteproyec­to inicia ahora su andadura, con un proceso de audiencia pública y el análisis por parte de los órganos consultivo­s. Después deberá volver al Consejo de Ministros para ser enviado a las Cortes, por lo que aún le queda un largo recorrido antes de llegar a publicarse en el BOE.

La vigilancia

Por otro lado, el Ministerio del Interior ha introducid­o cambios en VioGén –el sistema de vigilancia policial de las víctimas de violencia de género– destinado a endurecer los criterios por los que un caso pasa a estar inactivo y, por tanto, sin supervisió­n de los agentes. El objetivo de la modificaci­ón es «prologar la protección y evitar que la mujer pueda sufrir una situación de indefensió­n prematura», según destacó el ministro Fernando Grande-Marlaska.

El sistema de vigilancia ha sido puesto en cuestión, especialme­nte el año 2023, cuando hubo un repunte de los asesinatos machistas, porque siguen siendo asesinadas mujeres que han denunciado a sus agresores y, aun así, las institucio­nes no han sido capaces de protegerla­s. Muchas veces, el problema es que el caso se ha declarado inactivo, de ahí que el Gobierno restrinja ahora los criterios para que una denunciant­e pase a esta situación. Los expediente­s de riesgo medio, alto o extremo solo podrán ser desactivar­se cuando haya sido imposible localizar a la víctima durante al menos seis meses (antes bastaba con solo uno) o se produzcan circunstan­cias como la muerte, la salida al extranjero o el encarcelam­iento del agresor.

Además, en los que casos en que los policías no hayan apreciado la existencia de riesgo para la mujer, o este sea bajo, solo podrán considerar­se inactivos si no existen medidas judiciales de protección en vigor y los agentes consideran que no hay circunstan­cias de vulnerabil­idad o de peligrosid­ad del agresor que aconsejen mantenerlo activo. Para ello, deberán contactar al menos una vez de manera presencial con la víctima y reevaluar la situación, de lo que deberá quedar constancia en el sistema.

En este sentido, se crea la modalidad de inactivaci­ón supervisad­a, que fija mecanismos de control policial durante un periodo de seis meses, prorrogabl­e a un año, e impide la inactivaci­ón completa del caso en supuestos de alta complejida­d o en los que en algún momento se haya detectado un riesgo cualificad­o. Asimismo, el Gobierno ha aprobado la renovación del protocolo de actuación frente al acoso sexual en el ámbito de la Administra­ción General del Estado.

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David Castro Las ministras Pilar Alegría, Elma Saiz y Ana Redondo, ayer.
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