Xavi: «El equipo ha mejorado desde que dije que me iba»
Pau defendía, Lamine atacaba. Y el técnico recordó que el Barça no pierde desde que anunció su adiós: 17 puntos lleva de 21 en juego.
Hay un par de niños que son una bendición para el Barça. Pau aguanta detrás y Lamine decide arriba. No hay mucho más en un equipo que se sostiene sobre una pareja de adolescentes que son un tesoro y, al mismo tiempo, la constatación de que algo no termina de arrancar. Debían ser Cubarsí y Yamal jóvenes que asomaran tranquilos, sin responsabilidad alguna. Solo disfrutar de su asombrosa irrupción en la elite, pero son, en realidad, los pilares del Barça de Xavi, capaces de acallar hasta los pitos que se escucharon con frecuencia en Montjuïc.
«El equipo ha mejorado desde que dije que me iba, no es casualidad. El equipo se ha conectado bien», comentó Xavi, quien estaba mirando desde esa cabina en las alturas del estadio lo que ocurría en el Nápoles-Torino (1-1). «Daremos todo para pasar a cuartos, no he visto ese partido, solo pendiente de mejorar cosas en el descanso. Hemos hecho un partido solvente ante un rival muy rocoso», comentó el técnico.
Andaba la noche extraña. Todo lo era. Desde la alineación inicial de Xavi (solo un centrocampista natural en la línea de tres y era Gündogan), que tenía un ataque de adolescentes con Lamine Yamal y Marc Guiu hasta el juego irregular del Barça.
Pitos en Montjuïc
Tan irregular y triste en determinados momentos, fallando incluso un penalti, que el público acabó silbando a su equipo. Ese público que tuvo la valentía de subir un viernes por la noche a la montaña olímpica de Montjuïc, de la que bajó ya casi de madrugada, estaba especialmente sensibilizado. Tal vez, fueron pitos por la inacción del Barcelona en San Mamés, que desató la ira de Xavi y de miles de culés. Al minuto 32 se oyeron los primeros pitos que rasgaron la fría noche barcelonesa. No fueron los únicos. Ya en el tiempo añadido, minuto 45+2, y al comprobar que el equipo seguía siendo plano e insípido, se escuchó el segundo capítulo de la misma queja.
Pitos y más pitos, mientras el técnico, oculto en una de las cabinas del estadio por su sanción, estaba enfadado por lo que veía en el césped. Tampoco es que hubiera mucha gente en Montjuïc. No llegaba ni a 40.000. El club informó que se trataba, al final, de 38.225 espectadores. Público, al inicio, silencioso; luego, preocupado y, finalmente, inquieto y enfadado.
Tenía razón. 0-0 en el descanso. O sea, 135 minutos consecutivos del Barça sin marcar ni un solo gol. Del 0-0 de San Mamés al 0-0 de Montjuïc. Ni de penalti, qué mal lo tiró Gündogan, era capaz de marcar. Mucho tiro (13) y solo cuatro a puerta: Koundé (paró Rajkovic), Gündo (penalti errado), Gündo (paró Rajkovic) y Fermín (desvió Rajkovic). Ni uno solo atinado de un delantero azulgrana.
Y apareció Lamine Yamal para acallar tanto pito con un golazo descomunal que levantó a Montjuïc. «Nos ha marcado la diferencia», dijo Xavi. «Pau no parece que tenga 17 años. Es inteligente, sabe cuando chocar o no con Muiqui y Larín. Tiene Pau una jerarquía y una pausa», añadió el técnico, feliz con sus niños.
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«Lamine ha marcado la diferencia. Pau no parece que tenga 17 años, con esa pausa y jerarquía» XAVI HERNÁNDEZ
TÉCNICO DEL BARÇA